Buenas noticias para el sediento.

Juan 4.1-26.

La esperanza del Mesías es el corazón del Antiguo Testamento, las Escrituras le proclaman. La Ley, los Salmos y los Profetas hacen predicciones precisas y de Su ministerio (Lucas 24:25-27, 44-45). El Mesías vino, e Israel lo rechazó. Mas de trescientas referencias se cumplieron en Jesucristo confirmándole como el Mesías. Israel entregó a su Mesías en manos de hombres impíos (Hechos 2:23). El apóstol Juan entendió la evidencia que confirmaba la autenticidad de Jesús (Juan 20:31). La verdad central de esta sección se encuentra en la revelación de Jesús de sí mismo como el Mesías. ¿Por qué elegir revelar esa verdad monumental a una mujer samaritana oscura, despreciada e inmoral? la salvación no hace acepción de personas (Hechos 10:34; Deuteronomio 10:17; Romanos 2:11; 10:12).

La revelación de Jesús a esta mujer demostró que el amor salvador de Dios no conoce límites; trasciende las barreras de raza, género, etnia y tradición religiosa. A diferencia del amor humano, el amor divino es indiscriminado y omnicomprensivo (3, 16). El relato de un simple pedido de algo para beber, culmina en el descubrimiento de Jesús como el Mesías. Hay buenas noticias para las personas sedientas, ya que cada corazón contiene una sed inducida por Dios para la cual la única saciedad adecuada es el Agua de Vida provista por Jesús a través del Espíritu Santo. El vacío de la vida de la mujer samaritana no podía ser llenado con el agua física de un pozo; después de cada bebida, su sed regresaba. Pero los que han confiado en Jesús tienen dentro de sí un manantial burbujeante, una corriente vigorosa que garantiza que no haya sed espiritual continua.

1. Buscando al sediento (1–9). Rompiendo las barreras. El Señor tenía que pasar por Samaria pues era la ruta más corta para ir desde Judea a Galilea (pero no la más popular). En la bifurcación del camino se encuentra hasta el día de hoy el conocido como el pozo de Jacob. El pozo en sí tenía más de 100 pies de profundidad. Era evidente que nadie podía obtener agua de él a menos que tuviera algo con qué sacar el agua. Sus discípulos se adelantaron para comprar algo de comida en la ciudad samaritana, y aparece en escena una mujer perdida, cuya vida moral era condenada aun en la sociedad de su tiempo. ¿Cómo dar el mensaje a quien era casi una alienada social? Jesús hallaría un punto de contacto para llenar la necesidad espiritual de la mujer. Ese encuentro la transformó y la revolucionó moral, espiritual y socialmente. Este pasaje nos muestra el carácter de Jesús: (i) La realidad de su humanidad. (ii) La calidez de su simpatía. (iii) Derribo barreras. (iv) Rompió barreras de la nacionalidad y costumbre judía ortodoxa. Aquí está el comienzo de la universalidad del evangelio; aquí está Dios amando al mundo, no en teoría, sino en acción.

a. Cristo nos busca en todas las circunstancias (v.1-6). El Señor se vio obligado a pasar por Samaria. Es la enseñanza de las Escrituras que nadie será excluido de Cristo. Esta sencillez es la gloria de la gracia de Dios. Tenemos aquí la dramatización de este principio. Nicodemo y la mujer tienen mucho en común con la mayoría de los que viven en nuestra era autocomplaciente (1 Corintios 2:14). Todos los hombres y mujeres, están vacíos espiritualmente y, necesitados de Dios, aunque su perspectiva de la vida y sus convicciones intelectuales lo nieguen, están perdidos y apartados (Romanos 3:23). ¿Qué significa estar perdido? arruinado, destruido, habiéndose desviado del camino, absorbido, desperdiciado, endurecido más allá de la sensibilidad o la recuperación, insensible, además de pensamientos de rebeldía y rebelión deliberada (Romanos 3:12). Apartado significa perdido como resultado de un alejamiento activo y deliberado del camino de Dios (Romanos 3:22). Jesús dio a esta mujer un mensaje extraordinario acerca del agua pura y fresca que puede satisfacer la sed espiritual para siempre.

b. Cada oportunidad aprovechada (v.7–9). El contacto con los pecadores. Jesús viene a nosotros primero. Hace la primera pregunta. Él inicia la conversación. Él usa todos los recursos para abrirse paso en nuestros corazones. Cansado y sediento, Cristo pidió agua a la samaritana. Era un acercamiento a la vez normal y fuera de lo común, y la mujer lo reconoció así. Ella sabía que por ser un viajero que iba pasando por la árida región, no le podía rehusar el agua. La mujer le recordó que los judíos y los samaritanos no tenían tratos sociales. Cualquier judío se volvería ceremonialmente impuro al usar una vasija manejada por un samaritano. Jesús rompió prejuicios. La persona con la que habló no solo era un samaritano, sino una mujer, tenía una mala reputación, y estaba en un lugar público. Debemos estar preparados para extender su Reino en todo tiempo y en cualquier lugar.

2. Despertando sed por el agua de vida (10–15). La oferta. Esta conversación sigue exactamente el mismo patrón que la conversación con Nicodemo. Jesús hace una declaración. La afirmación se toma en el sentido equivocado. Jesús rehace la declaración de una manera aún más vívida. Todavía se malinterpreta; y luego Jesús obliga a la persona con la que está hablando a descubrir y enfrentar la verdad por sí misma. Una frase llamó poderosamente la atención de la mujer, le señaló su ignorancia: “Si conocieras el don de Dios”. La mujer demostró su perspectiva materialista y agregó con algo de ironía. Todavía pensando en la sed física, y en la posibilidad de ahorrarse los cansados viajes al pozo, ella pidió el agua. Jesús declaro que él era el Ungido de Dios que iba a traer la nueva era. Nunca estamos a salvo del anhelo de eternidad que Dios ha puesto en el alma del hombre. Hay una sed que sólo Jesucristo puede saciar.

a. Mostrando su grandeza 10–12. Jesús sabía que la mujer era sensible y sincera. Cuando ella confiesa su necesidad, en forma inmediata Jesús le ofrece el agua de vida. Jesús fue directo a lo básico y ofreció agua viva. Esto confundió a la mujer, ya que no tenía contexto para pasar del agua física al espiritual. Su orgullo de samaritana se resiente con que un judío pudiera producir agua donde el mismo Jacob había tenido que cavar un pozo. Jesús comienza a despertar en el alma de esta mujer pecadora, una tremenda sed por el agua de vida, el agua que llena y refresca el corazón. El tema del agua de vida cautivó el interés de esta mujer necesitada. Vemos aquí el método de enseñanza que va de lo conocido a lo desconocido. Cuando comenzó la conversación, Él era el sediento y ella la que tenía el agua. Ahora Él hablaba como si ella fuera la sedienta y Él el del agua. La respuesta de la mujer reflejó su confusión. El agua viva que Él le ofreció fue la salvación en toda su plenitud, incluyendo el perdón de los pecados y la capacidad y el deseo de vivir una vida obediente que glorifique a Dios (Ezequiel 36:25-27; Isaías 44:3)

El don de Dios es agua viva, el agua de la vida, la vida misma a través del Espíritu Santo. Jesús ofrece satisfacer la sed de su conciencia: Satisfaré la sed de tu corazón y perdonaré tus pecados. Hay similitudes entre la samaritana y Nicodemo: pensaban que estaban espiritualmente seguros, fueron crudamente literales o materialistas en su reacción a la enseñanza espiritual de Jesús, estaban espiritualmente vacíos y sentían la necesidad de Dios, estaban espiritualmente perdidos, y esa era la raíz de todos sus otros problemas. La sed se sacia bebiendo. De la misma manera, saber del nuevo nacimiento, o de la salvación que Cristo ofrece, no es suficiente. Uno tiene que apropiarse del agua viva. ¿Lo hemos hecho ya?

b. Fuente de agua (v.13–15). Las personas que dependen solo del agua física tendrán sed continuamente. Ya sea ignorantes o resentidos por su necesidad implantada por Dios de agua espiritual, siempre buscarán satisfacción en la dirección equivocada (Jeremías 2:13). Al igual que con cualquier pecador perdido, esta mujer necesitaba entender dos cuestiones cruciales antes de que pudiera recibir el agua viva de la vida eterna, a saber, la realidad de su pecado y la identidad de Él como Salvador. Predicar el evangelio no siempre significa obtener resultados inmediatos. Cuando invitemos a la gente a que permita que Jesús cambie su vida, concedamos tiempo para que valoren el asunto. Tal vez podamos ver mejor aquí una apelación sincera pero confusa de alguien cuya vida debe haber estado llena de sufrimiento social.

Muchas cosas espirituales tienen su paralelo en las físicas. Así como nuestro cuerpo padece de hambre y sed, también nuestras almas. Pero nuestras almas necesitan agua y alimento espirituales. La mujer confundió las dos clases de agua porque es muy posible que nadie le hubiera hablado antes del hambre y la sed espirituales. No privamos a nuestros cuerpos de comida y agua cuando los requieren. ¿Por qué lo hacemos con nuestras almas? La Palabra viviente, Jesucristo, y la Palabra escrita, la Biblia, pueden satisfacer el hambre y la sed del alma. La mujer creía erróneamente que si recibía el agua que Jesús le ofrecía, no tendría que volver al pozo cada día. Estaba interesada en el mensaje de Jesús porque pensaba que le brindaba una vida fácil. Pero si ese fuera siempre el caso, la gente aceptaría el mensaje de Cristo por razones impropias. Cristo no vino a quitar las dificultades, sino a cambiar nuestro interior y a darnos poder para enfrentarlos desde la perspectiva de Dios. La mujer había llegado a un pozo. Jesús la ha invitado a un manantial. Está prometiendo poner un manantial en la vida de cualquiera que venga a él. ¿Nos rendiremos ante él? Si lo hacemos, él satisfará cualquier anhelo que podamos haber tenido.

3. Revelando pecado y remedio (16–26). La conciencia sacudida. Cristo sacó a la luz la triste historia de su vida, indicándole la gran necesidad que tenía del “agua viva”, revela su pecado y el remedio para su pecado. Jesús no encubrió el pecado ni simuló desconocer el mal que ella había hecho. Jesús toca la llaga en el corazón de esta mujer, y cómo a pesar de ser directo, su método es suave y compasivo. Le mostró amor y paciencia. El conocía su pasado, tal como conoce el nuestro. Comienza a vislumbrar que su interlocutor era más que un hombre, y este hombre no la señalaba a ella sino que señalaba el camino. No es fácil reconocer el pecado; no nos gusta admitir el fracaso o la vergüenza. Con sus palabras (v. 23) Jesús indica que cuando uno recibe a Cristo, la salvación provoca adoración, alabanza y oración a Dios. El corazón de Dios se deleita cuando recibe adoración sincera. La adoración en espíritu es el Espíritu Santo. La adoración en verdad es de acuerdo a y con la Palabra de Dios, no como un concepto lejano y abstracto (v. 24). La mujer samaritana comienza a descubrir que el hombre con el que está hablando es el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le revela que allí está la solución para los problemas de su vida, el remedio para la depresión, el vacío, el aburrimiento, la sed espiritual.

a. Enfrentando la verdad (v.16–19). La condena. Jesús trasladó la conversación a su necesidad de arrepentimiento y salvación del pecado. El primer requisito para ser elegible para recibir agua viva es un reconocimiento del pecado por lo que es. La mujer se vio obligada a enfrentarse a sí misma y a la laxitud, la inmoralidad y la total insuficiencia de su vida. El cristianismo comienza llevando a las personas a la verdad acerca de su propia condición depravada, pero lo hace para convencerlos de su necesidad de Jesucristo y prepararlos para entender quién es Él y lo que ha logrado para ellos con su muerte y resurrección (Marcos 2:17). En este punto, todas las pretensiones de la mujer se desvanecieron por completo, y, aunque intentó dos veces cambiar de tema, supo que todos sus pensamientos y acciones estaban expuestos ante este hombre que era capaz de contarle todo lo que había hecho. Jesús realmente vio en el corazón de la mujer samaritana. También ve dentro de cada corazón (Hebreos 4:13). ¿Reconoceremos nuestro pecado delante de él? Si es así, entonces Dios ya ha dado el primer paso necesario para llevarte a Él.

b. La verdadera adoración (v.20–26). Jesús continúa hablándole de la verdadera adoración en la que nuestras almas pueden encontrarse con Dios. Para ella la única cura para el pecado era el sacrificio. Su problema era, ¿dónde se iba a hacer ese sacrificio? quiere saber es: ¿Dónde puedo encontrar a Dios? El lugar apropiado de adoración se convirtió ahora en el tema. La respuesta de Jesús a la mujer fue que no necesitaba ir a ningún lugar especial para encontrar a Dios; la verdadera adoración encuentra a Dios en todo lugar, la ubicación del adorador no es ni remotamente más importante que la actitud del adorador. Dios es Espíritu significa que el espacio físico no lo limita. El camino de la salvación es una religión verdadera basada en la gracia de Dios. La salvación es siempre por la gracia de Dios. La conversación de Jesús con la mujer ilustra tres verdades no negociables acerca de la salvación: 1. la salvación viene solo a aquellos que reconocen su desesperada necesidad de vida espiritual que no tienen. 2. la salvación viene solo a aquellos que confiesan y se arrepienten de su pecado y desean el perdón. 3. la salvación viene solo a aquellos que abrazan a Jesucristo como su Mesías y portador de pecados, la salvación no se encuentra en nadie más (14,6; Hechos 4:12). Dios prometió que a través de la raza judía todas las naciones serían bendecidas (Génesis 12.3). La mujer que estaba junto al pozo sabía estas cosas, por eso esperaba la venida del Mesías.

¿Qué es la adoración? asignar su verdadero valor, alabar a Dios o glorificar su nombre. En espíritu y en verdad, es hacerlo «en verdad» porque la verdad tiene que ver con lo que es su naturaleza, y deben hacerlo «en espíritu» porque solo pueden aprehenderla espiritualmente. Jesús está diciendo que nada es verdadera adoración a Dios excepto lo que tiene lugar en el espíritu del hombre. ¿Qué significa adorar a Dios «en verdad»? 1. Con sinceridad, con honestidad o de todo corazón. 2. Adorar sobre la base de la revelación bíblica. 3. Acercarnos a Dios cristocéntricamente, significa «en Cristo», Él es la verdad. Debes venir en el camino de Dios y no en cualquier forma de invención humana. La adoración falsa: (i) es una adoración selectiva. Es muy fácil para un hombre aceptar y retener las partes de la verdad de Dios que le convienen y hacer caso omiso del resto. (ii) es una adoración ignorante. Un hombre tiene una mente y tiene el deber de ejercerla. La religión es esperanza, pero es esperanza con razón detrás de ella (1 Pedro 3:15). (iii) es una adoración supersticiosa, no por un sentido de necesidad ni por un deseo real, sino básicamente porque un hombre siente que podría ser peligroso no darla.

Los samaritanos esperaban al Mesías, al igual que los judíos, mashíaj (Mesías), el ungido, Cristo. El ungido, ya fuera profeta, sacerdote o rey, era una persona apartada por Dios para una tarea especial. Un libertador que encarnaría todo lo que la unción anterior sólo podía simbolizar débilmente. Un gran profeta, porque cumpliría las palabras de Dios a Moisés (Deuteronomio 18:18). Un gran sacerdote, porque presentaría el sacrificio perfecto por el pecado del hombre. Un gran rey, porque reinaría para siempre en el trono del rey David (2 Samuel 7:11-16). Afirmó que todas las promesas concernientes a un libertador de Israel y de las naciones se cumplieron en él. Él era Aquel a quien la raza humana había estado esperando. ¿Es Jesús tu Mesías? Él es el único Mesías que tendrás. Acércate a él. Si lo haces, descubrirás que él es capaz de darte una nueva vida y satisfacerte plenamente.

Conclusión.

Cristo es el Mesías de Dios, con ese título Dios nos enseña a esperar, nos enseña a velar, nos enseña a esperar. Es la prenda de su amor personal mostrado a través de todas las edades. Es la prenda del establecimiento final de su reino, del cual ya están sentados los cimientos seguros. Las falsas esperanzas, las fantasías egoístas, las ambiciones terrenales fueron dispersadas por la primera venida de Cristo. Pero él trajo eso al mundo que da su única realidad a todos los emblemas del poder. La vida, si la miramos en Cristo, se transfigura: la muerte, si la miramos en Cristo, es vencida. Cuando interpretamos lo que él ha hecho a través de la iglesia en preparación para su segunda venida a la luz de lo que hizo a través de Israel en preparación para su primera venida, podemos esperar, vigilar y esperar, seguros de esto en todos los frenos, tormentas y dolores, que él reinará hasta que todos los enemigos sean puestos bajo sus pies. Si confías en el Señor Jesucristo como tu Mesías y Salvador, Él te salvará y te transformará en alguien que no muestra angustia por un futuro desconocido, sino que muestra una tranquila confianza en Dios. Ningún pecado pasado puede impedir que seamos aceptados por Él, si nos humillamos ante Él, creyendo en Él como el Cristo, el Salvador del mundo. La sed espiritual que habita en los sedientos es saciada en Cristo.                                                                           

                                                                                          18 de febrero del 2024, Acatic, Jalisco, México.

Primera Iglesia Cristiana Bautista Dios Con Nosotros.

Ibrahim Mauricio Mateo Cruz

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