Hechos 9.23-31.
Pasados muchos días, los judíos consultaron entre sí para matar a Pablo. Era tan poderoso el argumento de Saulo en el que señala que Jesús es Cristo que los judíos resolvieron en consejo matarle. Contaban con la cooperación del gobernador de Damasco bajo el rey Aretas IV de Arabia. Este es el primero de muchos atentados contra la vida de Pablo. Pero pese a este tipo de presión, él no duda en viajar para continuar con la predicación, ya que les confía su protección y cuidado a las manos soberanas del Señor.
Aunque para la época en que Pablo fue a Jerusalén había sido cristiano por un tiempo, los apóstoles, al igual que Ananías antes que ellos, sintieron que aquello era difícil de creer. Sólo cuando Bernabé (“el Hijo de Consolación”, o “aliento”), a quien habíamos encontrado antes en 4:36, se responsabilizó por él, los discípulos estuvieron dispuestos a aceptar al ex perseguidor de la iglesia. Pablo entonces entraba y salía libremente por unos 15 días (Gálatas 1:18, 19). Aunque permaneció con Pedro, no se encontró con los demás discípulos, pero pasó mucho tiempo con los helenistas (6:2) con quienes también habrá trabajado Bernabé que era de Chipre, y quizá en la misma sinagoga de los Libertos mencionada en relación con Esteban (6:9). Como ocurrió en Damasco, los opositores de Pablo pronto procuraban matarle y por su propia protección los hermanos lo mandaron lejos a su propio país, de donde Bernabé lo traería de vuelta según 11:25.
Fue entonces las iglesias tenían paz, esta paz no se debía exclusivamente por la conversión de Saulo. Tiberio, el emperador de Roma, murió en ese tiempo. Él fue reemplazado por Calígula, quien deseaba erigir una estatua de sí mismo en el Templo de Jerusalén. De este modo, la energía de los judíos no estaba dirigida a perseguir a los cristianos, sino en Calígula. En esto vemos la mano soberana de Dios en acción, lo que le dio a la Iglesia un breve respiro. Con esta pausa en la persecución, Lucas también pone fin a esta historia con un resumen general. Por supuesto, como resultado de todo lo que ha descrito hasta entonces, la compañía de los creyentes había crecido desde un pequeño grupo en un aposento alto hasta ser la iglesia … por toda Judea, Galilea y Samaria.
- 1. Las Intrigas en Damasco contra Pablo, vv. 23–25. Cuando se dieron cuenta de la realidad de lo que Dios había hecho en su vida, la iglesia empezó a aceptarle. Muchos judíos confiaron en Cristo como resultado de su palabra. Muchos otros trataron de impedir que siguiera contando su historia. Querían callarlo; no les interesaba saber por qué estaba tan cambiado. Decidieron matarle, pero él se dio cuenta a tiempo de sus planes y pudo escapar con la ayuda de los discípulos, quienes lo descolgaron por el muro de la ciudad, escondido en un canasto. De acuerdo a Gálatas 1.17, 18, Pablo dejó Damasco y se dirigió a Arabia, región desértica al sur de Damasco, donde vivió durante tres años. Sugieren que cuando Pablo regresó a Damasco, el gobernador, súbdito del rey Aretas, ordenó su arresto (2 Corintios 11.32), quizás procurando mantener la paz con judíos influyentes. Pablo quizás huyó a Arabia para dar tiempo a que se calmaran los líderes religiosos, así como también para tener un tiempo a solas con Dios, lo más probable es que viajó a Arabia para meditar y estudiar. Sin importar cuál sea la teoría correcta, hubo un período de al menos tres años entre la conversión de Pablo (9.3–6) y su viaje a Jerusalén (9.26).
a. La Reacción de los Judíos 9:23–25. Después de muchos días, Lucas no nos dice la cantidad de estos días, «muchos» (hikanai, considerables, una palabra común para un período largo). En Gálatas, Pablo dice de manera expresa que se fue de Damasco a Arabia y que volvió a Damasco antes de regresar a Jerusalén, y que aquel período había sido de unos «tres años», lo que no tiene que significar tres años enteros, pero sí al menos partes de tres. Probablemente la mayor parte de estos tres años transcurrió en Arabia debido a las dos explosiones de animadversión en Damasco (antes de su partida y a su regreso) y debido a que en Jerusalén era desconocido como cristiano al llegar allí. Tenemos que suponer en este momento el regreso de Saulo de Arabia, entre los versículos 22 y 23, cuando Saulo reasumió la predicación en las sinagogas judías con renovada energía y penetración después del período de maduración de la reflexión y del tiempo de reajuste en Arabia. Pablo corre el riesgo de ser muerto por sus compatriotas. El perseguidor que respiraba amenazas de muerte contra los cristianos (9:1) recibe ahora su propia condena de muerte. El mismo religioso fanático que causó tanto dolor a los seguidores de Cristo ahora sufre por causa de Cristo (v. 16). En este punto, su vida de sufrimiento apenas está empezando (2 Corintios 11:23–29). Con eso nos enseñaba a todos que, por muy «llenos del Espíritu Santo» que nos sintamos, hemos de pasar un tiempo razonable (mejor más que menos) dedicados al estudio y a la oración; de lo contrario, nuestro ministerio se resentirá siempre de falta de preparación interior.
¿Por qué hay este cambio de actitud de los judíos incrédulos? ¿Estaba introduciendo Pablo algo de los grandes discernimientos de Esteban en la situación de Damasco? El asunto que finalmente separó a los judíos y a los gentiles no fue que Jesús había sido predicado como el Cristo, el Hijo de Dios, sino que fue proclamado como el Hijo del Hombre, en el cual las diferencias de raza fueron eliminadas. Los Hechos indica que los judíos “guardaban las puertas” día y noche para matar a Saulo (2 Co. 11:32), así mientras los enemigos de Saulo cuidaban las puertas de la ciudad para atraparlo, algunos de sus nuevos amigos y simpatizantes lo sacaron. Uno de ellos tenía una casa construida sobre el muro de la ciudad, y Pablo fue bajado en un gran canasto o red a través de una ventana de la casa, ubicada en el mismo muro de la ciudad.
b. La prudencia del siervo. Cuando se dieron cuenta de la realidad de lo que Dios había hecho en la vida de Pablo, la iglesia empezó a aceptarle. Muchos judíos confiaron en Cristo como resultado de su palabra. Tan pronto como se convierte, tenemos a Saulo predicando; y tan pronto como se pone a predicar, comienza a sufrir. Cuando Dios otorga grandes gracias, las suele ejercitar con grandes tribulaciones. Los judíos trazan un plan para matar a Pablo, Conjura (epiboulë) es una antigua palabra que significa un plan (boulë) contra alguien (epi); pero a través de los contactos en la comunidad éste recibe información acerca del complot (23:16, 30). Ellos no están interesados en atacarlo a mansalva. Por el contrario, se mueven a través de los canales oficiales del gobierno local, pensando lograr su objetivo de eliminarle.
Los convertidos bajo su ministerio lo protegen y le ayudan a escapar. Lo ponen en una canasta y por una ventana de una casa construida en los muros de la ciudad lo bajan por el lado de afuera (2 Corintios 11:33; Josué 2:15). Esta acción se realiza cuando las sombras de la noche ya han caído sobre la ciudad. Los esfuerzos misioneros de Pablo, sin embargo, no han sido infructuosos porque ahora hay en la ciudad un buen número de convertidos (discípulos, en griego). Es muy probable que el dueño de la casa de la muralla haya sido un cristiano. Sin embargo, para Pablo el tiempo de permanecer en Damasco ha terminado, por lo que regresa a Jerusalén.
- 2. Las intrigas con los hermanos en Jerusalén (vv.26–28). Saulo había salido de Jerusalén como jurado enemigo de los cristianos con objeto de perseguir a la iglesia en Damasco; pero debido a la gracia soberana de Dios, se unió a la iglesia y predicó el evangelio en esa misma ciudad. También se unió a la obra de Jerusalén, pero los creyentes de esa ciudad no quisieron confiar en él (el mismo temor de Ananías, v. 13). En Damasco, Saulo necesitó de un amigo, Ananías. En Jerusalén necesitaba otro, y ese fue Bernabé. Los creyentes de Jerusalén, convencidos por Bernabé de que en verdad se había convertido, permitieron a Saulo quedarse con ellos. Es muy difícil cambiar de reputación y la de Pablo era terrible entre los cristianos. Los nuevos cristianos (sobre todo los que tenían ciertas manchas en su vida pasada) necesitan auspiciadores, personas que los acompañen, animen, enseñen y presenten a otros cristianos. Procuremos parecernos a Bernabé para beneficio de los nuevos creyentes.
a. La actitud del retorno de Pablo a Jerusalén, v.26–27. Todos le tenían miedo (pantes ephobounto auton). Estaban temiéndolo. Había escapado a la furia de los judíos de Damasco sólo para descubrir que los discípulos en Jerusalén no se fiaban de él, no teniendo prueba alguna de su sinceridad en su pretendida conversión. No creyendo (më pisteuontes). Es probable que hubieran oído hablar de su conversión, pero descreían abiertamente los informes y lo consideraban un hipócrita o un espía que había asumido un nuevo papel a fin de destruirlos. Él sabe que como convertido a la fe cristiana y apóstol a los gentiles—elegido por Jesucristo mismo—él debe unirse a la iglesia y a los apóstoles. Encontró dificultades en Jerusalén cuando se dirigió allá (v. 26). Es claro que se trata del viaje que refiere en Gálatas 1:16. No sorprende que los discípulos en Jerusalén fuesen cautos por la presencia de Saulo, ya que se preguntaban si su «conversión» era verdadera o un intento de infiltrarse en sus filas para poder apresarlos a todos. Bernabé, quien tenía el don de la valentía, vio el verdadero corazón de Pablo y lo defendió frente a los otros apóstoles. Vemos el miedo que le tenían los amigos, es cierto que necesitamos la prudencia de la serpiente para huir de la excesiva credulidad, pero también necesitamos el candor de la paloma para no incurrir en el otro extremo de los celos y la falta de amor. Y, si hemos de caer en uno de los dos lados, es preferible que caigamos por el lado del amor.
De nuevo, Lucas presenta a Bernabé (4:36–37), un levita de Chipre, a quien los apóstoles llaman “hijo de la consolación”. Bernabé se dio cuenta de la situación y tomó a Saulo consigo, oyó su historia, y la creyó. Se debe acreditar a Bernabé que tuviera la penetración y el valor de mantenerse al lado de Saulo en este momento crucial de su vida, cuando la evidencia parecía estar en contra de él. Actuó como fiador de Saulo y los animó a recibirlo. En todo caso, Saulo entra ahora en el círculo interior de los discípulos en Jerusalén. ¿Quiénes son los apóstoles que están en Jerusalén? Pablo mismo dice que durante su visita a Jerusalén, sólo vio a Pedro y a Jacobo, el hermano del Señor, pero a ninguno de los demás apóstoles (Gálatas 1:18–19). Jacobo, por supuesto, no pertenece a los Doce pero sí al círculo más amplio de los apóstoles. ¿Qué es lo que quiere decir Pablo cuando dice que se reunió sólo con Pedro y Jacobo? Quiere decir que cuando Pablo estuvo en Jerusalén, allí estaba Pedro, pero todos los demás apóstoles se encontraban ministrando “en diversas comunidades cristianas a través del país”.
La verdadera conversión siempre da como resultado el ingreso en la iglesia. No se trata solamente de que los conversos deban unirse a la comunidad cristiana, sino que la comunidad cristiana debe recibir a los conversos, en especial a los que provienen de un fondo religioso, étnico o social diferente. Hay una urgente necesidad de que haya modernos Ananías y Bernabés que superen sus escrúpulos y sus vacilaciones, y tomen la iniciativa de hacer amistad con los nuevos. Además de su nueva reverencia para con Dios, y la nueva relación con la iglesia, Saulo comprendió que tenía una nueva responsabilidad hacia el mundo, particularmente como testigo.
b. La actitud de los apóstoles hacia Pablo. Aunque dice que él no recibió el evangelio a través de ningún hombre, sino por revelación de Cristo Jesús (Gálatas 1:12), sin embargo, necesitaba de la confirmación y visión para predicar el evangelio de Cristo. Como apóstol con ellos, Pablo no trabajó independientemente de los otros apóstoles (Gálatas 2:1–2). Proclamó un evangelio en armonía con aquel que proclamaban los Doce. Entraba y salía (eisporeumenos kai ekporeuomenos). Bernabé y Pedro y Jacobo abrieron todas las puertas a Saulo, y el temor de los discípulos se desvaneció. Esteban también deliberó por los griegos judíos (6.9). En cierto sentido, Pablo continuó con lo que dejó Esteban. Ahora es a Pablo al que se dirige la aguijonada de odio que existiera en contra de Esteban.
- 3. Los Resultados de la Nueva Misión 9:29–31. Tuvo denuedo y causó controversia. Estas cosas distinguirían su ministerio por el resto de su vida. Aunque permaneció con Pedro, no se encontró con los demás discípulos, pero pasó mucho tiempo con los helenistas (6:2) con quienes también habrá trabajado Bernabé que era de Chipre, y quizá en la misma sinagoga de los Libertos mencionada en relación con Esteban (6:9). Como ocurrió en Damasco, los opositores de Pablo pronto procuraban matarle y por su propia protección los hermanos lo mandaron lejos a su propio país, de donde Bernabé lo traería de vuelta según 11:25. La visita de Pablo a Tarso ayudó a calmar conflictos con los judíos y le permitió probar su dedicación. ¿Cómo afectó la conversión de Saulo al nuevo pueblo? El motivo del autor al incluir este aspecto de la historia era encontrar qué resultado tendría la notable transformación de este hombre para la iglesia. La persecución se calmó y la obra de Dios creció. Con esta pausa en la persecución, Lucas también pone fin a esta historia con un resumen general. Por supuesto, como resultado de todo lo que ha descrito hasta entonces, la compañía de los creyentes había crecido desde un pequeño grupo en un aposento alto hasta ser la iglesia … por toda Judea, Galilea y Samaria.
a. El denuedo en la predicación, v. 29–30. La preocupación principal de Pablo en esta sección de Gálatas es mostrar que él recibió el evangelio y su comisión para predicarlo sin mediación humana; en modo especial, que de ninguna manera estaba en deuda con las autoridades de Jerusalén. Había comenzado a cumplir su comisión (en Arabia) antes de tener contacto alguno con Jerusalén y, cuando a su debido tiempo viajó a Jerusalén, no fue sino una breve visita privada. ¿Cómo afectó la conversión de Saulo al nuevo pueblo? El motivo del autor al incluir este aspecto de la historia era encontrar qué resultado tendría la notable transformación de este hombre para la iglesia. La persecución se calmó y la obra de Dios creció. Pablo siguió anunciando el evangelio y disputaba con los judíos helenistas. Estos se caracterizaban por observar la religión de sus antepasados intentando adaptarla a la cultura griega predominante en ese tiempo; cuando éstos trataron de matarle también, los hermanos descubrieron el complot y lo protegieron. Lucas ha usado aun otro nombre para designar a los creyentes: “hermanos”. Los creyentes son parte de una familia que va más allá de las relaciones sanguíneas; están unidos por la fe en Cristo. Los hermanos lo llevaron al puerto de Cesarea, lugar desde el cual podía tomar un barco o hacer el viaje por ciudad hasta su tierra natal, Tarso.
¿Qué hizo Pablo cuando regresó a su ciudad natal? Permaneció allí por varios años antes que Bernabé fuera a invitarle para que le ayudara en la enseñanza y en la predicación a la iglesia en Antioquía (11:25–26). Aunque Lucas escribe acerca de los viajes misioneros de Pablo y las iglesias que visitó, nunca menciona que en Tarso haya existido una iglesia. Lo que sí sabemos que en esa ciudad vivían numerosos judíos que seguramente habían construido varias sinagogas. Iba a pasar catorce años antes de que regresara de nuevo a Jerusalén (Gálatas 2:1). Sabemos que mientras tanto siguió su obra, porque a las iglesias de Judea les llegó la información de que “aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo combatía” (Gálatas 1:23).
Llegó “a los territorios de Siria y Cilicia” (Gálatas 1:21). En esa época Siria y Cilicia formaban una provincia imperial unida. Tarso era un importante centro de cultura, con escuelas dedicadas a la filosofía, la retórica y la ley, aunque no tenía la prestancia internacional de las escuelas de Atenas y Alejandría. Humanamente hablando, Pablo falló porque debido a su impetuosa forma de presentar el evangelio fue creando enemigos por todas partes. Hizo poco en adelantar la iglesia y el reino de Cristo. Por eso necesitaba un período de maduración y reflexión en Tarso para ganar confianza y desarrollar paciencia. Desde una perspectiva divina, decimos que Jesús lo sacó de la escena de conflicto y confrontación en Damasco y en Jerusalén. A su tiempo, lo llamó como su instrumento escogido para proclamar el evangelio a los gentiles.
b. La libertad y la paz en la Iglesia, v. 31. El significado evidente es que la persecución había cesado porque el perseguidor había sido convertido. El lobo ya no destruía las ovejas. Es cierto también que el esfuerzo de Calígula en el 39 d.C. de erigir su imagen en el templo en Jerusalén para que los judíos la adoraran excitó en gran forma a los judíos, dándoles problemas que los mantuvieron ocupados (Josefo, Antigüedades XVIII. 8, 2–9). En este tiempo había iglesias esparcidas por Judea, Galilea y Samaria (Gálatas 1:22), pero Lucas bien considera a los discípulos en Palestina como todavía miembros de la gran iglesia en Jerusalén (casos de lo cual son la obra de Felipe en Samaria y pronto de Pedro en Jope y Cesárea), o bien emplea el término ekklësia en un sentido geográfico o colectivo cubriendo toda Palestina. La Iglesia (lectura más probable), pues gozaba de paz. ¿Pues? Esto insinúa que, ahora que Saulo se había convertido, no tenían quien les molestase. Tras la tempestad viene la calma. Era un respiro que se les concedía a fin de que se preparasen para el próximo encuentro, e hicieron buen uso de esta pausa. La Iglesia era edificada, es decir, crecía sobre la base buena de la fe y caminaba en el temor del Señor, y aumentaba en número gracias a la ayuda del Espíritu Santo. Tenían el recurso de la ayuda y del consuelo del Paráclito, precisamente porque caminaban por el camino recto, y Dios les bendecía y hacía que aumentase considerablemente el número de los discípulos de Cristo, así mostraba que la Iglesia puede crecer lo mismo con el consuelo de la paz que bajo la aflicción de la persecución. Lucas describe a la iglesia, que ya se ha extendido a través de Judea, Galilea y Samaria, con cinco características: paz (libre de interferencias externas), fortaleza (consolidando su posición), aliento (disfrutando de paraklēsis, el ministerio especial del Espíritu Santo, el Paracleto), crecimiento (multiplicándose numéricamente) y santidad (viviendo en el temor del Señor). La sangre de los mártires estaba ya siendo la semilla de la iglesia. Esteban no había dado en vano su testimonio. Era diferente a la persecución del 8:1. Siempre hubo problemas, pero Dios suplió toda necesidad. Estos primeros creyentes mostraron al mundo el gozo del vivir en Cristo. A través de sus vidas llenas del Espíritu, atraían a numerosas personas al conocimiento salvífico de Cristo Jesús.
Conclusión.
Tan fuerte era el antagonismo judío contra Saulo y su ministerio, que después de que salió de aquella región, la iglesia disfrutó de un tiempo de paz. La iglesia seguía confinada a los judíos, a los medio judíos (los samaritanos), y a los prosélitos del judaísmo que se convirtieron en cristianos (con la única excepción del eunuco de Etiopía, 8:26–40). Pero todo estaba listo para que se extendiera a un nuevo segmento de la población mundial.
Hemos venido considerando la causa y los efectos de la conversión de Saulo. La impresión general que nos queda tiene que ver con la gracia de Dios que pudo motivar tan grandes efectos. El relato de Lucas debería persuadirnos a esperar más de Dios, tanto en relación con los incrédulos como con los recientemente convertidos. En cuanto a los primeros, hay muchos Saulos de Tarso en el mundo hoy en día. Como él, están ricamente dotados de dones naturales en cuanto a intelecto y carácter; hombres y mujeres con personalidad, energía, iniciativa y empuje; que tienen el coraje de sostener sus convicciones no cristianas; son personas absolutamente sinceras, pero sinceramente equivocadas; que viajan en sentido contrario al de la gracia de Dios, así como Saulo iba de Jerusalén a Damasco en lugar de ir de Damasco a Jerusalén; duros, tercos, hasta fanáticos en su rechazo de Jesucristo. Pero no están más allá de su soberana gracia. Necesitamos tener más fe, más santa expectativa, que nos lleve a orar por ellos (así como podemos estar seguros de que los cristianos primitivos oraban por Saulo) para que Cristo primero los incite con sus alicientes y luego los atraiga hacia él.
La misma gracia que lleva a la persona al nuevo nacimiento puede transformarla a la imagen de Cristo. Todo nuevo converso se convierte en una persona nueva, que tiene títulos para demostrarlo, a saber es ‘discípulo’ (26) o ‘santo’ (13), está relacionado de un modo nuevo con Dios, es un ‘hermano’ (17) o una hermana, relacionado de un modo nuevo con la iglesia, y ‘testigo’ (22:18; 26:16), por lo tanto relacionado de un modo nuevo con el mundo. Si estos tres modos de relación: con Dios, con la iglesia y con el mundo no se ven en los que profesan haberse convertido, tenemos buenas razones para sospechar de la realidad de su conversión. Pero cuando estos tres modos de relación están visiblemente presentes, tenemos buenas razones para exaltar la gracia de Dios.
Cuando entramos en el camino de Dios debemos esperar pruebas; pero el Señor sabe librar al santo y también dará, junto con la prueba, la salida. Aunque la conversión de Saulo fue y es prueba de la verdad del cristianismo, aun así, no podía, por sí misma, convertir un alma enemistada con la verdad; porque nada puede producir fe verdadera sino ese poder que crea de nuevo el corazón. Los profesantes del evangelio anduvieron rectamente y gozaron de mucho consuelo de parte del Espíritu Santo en la esperanza y la paz del evangelio, y otros fueron ganados para ellos. Vivieron del consuelo del Espíritu Santo no sólo en los días de trastorno y aflicción, sino en los días de reposo y prosperidad. Es más probable que caminen gozosamente los que caminan con cautela. Con este tercer informe de avance, de los siete que dio acerca del crecimiento espiritual y numérico de la iglesia (2:47; 6:7; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31), Lucas pone término a esta sección del libro. Oremos por los nuevos creyentes y por las primeras experiencias que tendrán en su caminar en Cristo.
Oremos.
31 de julio del 2022, Guadalajara, Jalisco, México.
Misión el Calvario
Ibrahim Mauricio Mateo Cruz