Taller de Liderazgo bíblico: El Líder-Discípulo

 

La Obra Del Líder-Discípulo

 

Los  Sermones que  Podemos Ver

Prefiero ver  un sermón antes que  escucharlo  cada día.

Prefiero caminar  con  alguien,   y  no que  sólo  me muestre que  camino seguiría.

El ojo  es un buen alumno,  y  mucho  más  que  el  oído está  dispuesto.

Aún  un buen consejo es confuso,  pero los  ejemplos  hacen  claro todo esto.

Los  buenos predicadores son  hombres  que  viven lo que  predican,

Puesto  que  ver  hacer el  bien  es lo que  en todo el  mundo necesitan.

Yo puedo  aprender  fácilmente  como  hacerlo si  tú me dejas ver  como  lo haces.

Puedo  observar  tus  manos  al  moverse,  pero tu lengua  es demasiada rápida  al  moverse.

Y  los  discursos  que  tu das  pueden ser  muy sabios  y  veraces;

Pero aprendo  más  de la  lección observando  lo que  haces.

Ya que  puedo  no entenderte  a  ti, ni el  consejo que  me das,

Pero no hay  mal entendido en el  ejemplo  que  con  tu vida  hoy  me darás.

Edgar  A. Guest

 

Una  vez  vi una  caricatura en la  que  el  líder de un grupo  de boy-scouts  (chicos  exploradores), tomó  su tropa de muchachos  y  los  llevó  de excursión,  después de un corto  tiempo  se perdió  y  les  dijo, “¿alguien trae  una brújula?” ¡La  primerísima cualidad  de un líder es que  él  debe tener  la  habilidad para liderar!  Cuando el Apóstol Pablo  dio  las  listas  de los  diversos  Dones  Espirituales, uno  de esos dones  del  Espíritu  era  “el liderazgo.”  En Romanos 12:8   dice, dejen que  “él  que   ocupa  un puesto  de responsabilidad, desempeñe  su cargo  con  todo cuidado” (diligencia).

Podemos  aprender  mucho acerca  de como  ser  un buen líder observando  cómo  Jesús dirigió  a  sus  discípulos.

De hecho,  el  don  del  liderazgo es Cristo  el  líder experimentando  su liderazgo dentro  y  a  través  de la  vida  de un hijo  Dios.

Se ha dicho  que  los  líderes  nacen,  no se hacen.  Para el  líder cristiano  esto  es verdad. Él es nacido  de nuevo  y premiado con  el  don  espiritual de liderazgo.  Volvió a  nacer para  liderar.

 

Liderazgo centrado en principios

Aquella persona quien dirige  a  otros  en servicio  a  Cristo  puede  aprender  de Cristo. Él dirigió  por  medio  de principios,  no por  su fuerza  de voluntad, mandando, o  intimidando a  la  gente.  Jesús  enseñó a  los  doce cómo dirigir  a  otros haciendo  uso  de las  virtudes  de Dios y  los  principios  Bíblicos.  El carácter  de Jesús  fue  su principal  herramienta. Aparte de su carácter,  él  enseñó principios eternos para vivir.

 

La Ley y el Principio

¿Cuál  es la  diferencia entre una  ley  y  un principio?  Un principio  es el  “Porqué” detrás  de una  ley  o  de una orden.

Un buen líder nunca  les  va a  decir a  sus  seguidores,  “  ¡Hagan  lo que  les  digo!”  sin  primero  explicar  el concepto  o  la  cuestión  que  hay  detrás  de la  ley  o  la  orden.  Por  ejemplo  Dios dice  a  través  de Moisés a  los Israelitas, “  Honra  a  tu padre  y  a  tu madre.” Esa  es la  ley  de Dios. Entonces él  les  dice, “   para que  te  vaya bien  y  para  que  tus  días  se alarguen  en la  tierra  que  Jehová tu Dios te  da.”  Moisés les  dice  el  porqué. Ese  es un ejemplo  del  liderazgo centrado  en principios.

Jesús  a  menudo hacía  eso  con  sus  seguidores.  Él decía,“Oísteis  que  fue  dicho…Pero  yo  os digo…,”  Y entonces  él  les  daba un “Ejemplo Ilustrado” del  porqué debían  hacer lo que  él  decía.

 

Creando este “Ejemplo Ilustrado”

Un discípulo líder  debe poder  convencer  a  otros a  seguirle.  Él hace esto  vendiendo  a  sus  seguidores  el concepto  de a  donde  él  los  está  dirigiendo.  Si él  no  lo hace,  se desalentarán  en los  detalles  y  las  tareas comunes.

Por  ejemplo,  si  yo te  estoy  animando a  que  memorices  las  Sagradas  Escrituras;  tengo  que  ayudarte  a  ver  el gran beneficio de repasar y  repasar y  repasar los  versículos.  Tengo  que  enseñarte cómo  y  porqué deberías hacer  esto.

Deberías  memorizar las  Sagradas  Escrituras porque:

•   Aumentará  tus  conocimientos

•   Te librará  del  pecado (Salmos  119: 9  y  11)

•    Te disciplinará

•    Te será  muy útil  para  sobrellevar  la  tentación  (Cristo cita  las  Sagradas  Escrituras a  Satanás en su momento de tentación)

¡Jesús  estaba  siempre  enseñando  a  sus  hombres  acerca  del  reino,  y  a  no preocuparse por  las  demás  cosas!

Ese  es el  estilo  de un líder.

 

Los Líderes son “Ejemplos Vivientes”

El actuar  es mejor que  el  hablar. Jesús  dirigió  a  sus  discípulos con  su ejemplo.  Él no sólo  les  dijo  que  amaran a  sus  enemigos sino  que  también  él  mismo, verdaderamente  amaba  a  sus  enemigos.  ¡Él  hizo un discípulo  de un recaudador  de impuestos  romano!  Él cenó con  el  despreciable de Zaqueo. Él perdonó  a  la  mujer que  había sido  descubierta  en el  acto  de adulterio. Su ejemplo  fue  tan  fuerte  como  su enseñanza. La palabra líder en griego  significa  literalmente  “él  que  permanece  delante de otros o  enfrente  de otros.” Un dictador  les  dice  a  otros  que  hagan  lo que  el  no desea  o  no tiene  ganas  de hacer.  Esto no pasa con  un verdadero líder.  Un líder nunca  les  dice  a  otros  que  hagan  lo que  el  no  quiere  hacer.  Él es un “ejemplo viviente”. Él dice  “Síganme a  mí y  a  mi ejemplo”. Háganle así como  yo,  les  voy  a  mostrar como.  Esa  es la manera en que  Cristo  dirige  a  otros.  ¡Él  te  dice  que  lleves  una  cruz  todos  los  días, y  entonces  él  va y  muere en la  cruz  por  ti! No es de extrañarse  que  los  hombres  le  amaron y  todavía  lo siguen.

 

Los Líderes son Visionarios

Jesús  vio  el  Reino  de Dios y  deliberadamente  le  pidió  a  sus  seguidores  que  se integraran  a  la  visión  para hacerla realidad  aquí  en la  tierra.  De hecho  Cristo  vio  el  potencial  en los  doce hombres  a  los  cuales  él  llamó.

Él tenía  en mente  nuestra salvación cuando él  los  llamó  (ve  Juan 17:18-20) Al dirigirlos  él  planeaba  ganarse el  mundo para  sí.

Robert Coleman  en “The  Master Plan of Evangelism (El  Plan Mayor de Evangelismo)”  ve esto  como parte del  estilo  de liderazgo de Cristo.  Todo buen líder también  debe tener  en mente  un fin.  Los  líderes  ven lo qué  otros no pueden ver.  Él no  se pierde  en los  detalles.  Ésta es la  diferencia  entre  los  líderes  y  los gerentes  o  administradores. Los  gerentes  están metidos en la  rutina  diaria;  no son  líderes  de hombres. ¡Son gerentes  de empleados!  Hay  una  diferencia enorme.

 

¡Camino Equivocado!

Una  gran ilustración  de gerentes  y  líderes  es el  grupo  que  va en una  expedición  de caza.  El grupo  está  en la selva,  en maleza muy gruesa  más  alta  que  un elefante.  El gerente organiza  el  grupo  para cortar  un camino a través  de la  selva.  Él reparte machetes, ofrece  agua para los  trabajadores  exhaustos,  y  está  a  cargo  de todo mientras  tratan  de cortar  el  camino para salir  de la  selva.  El gerente o  administrador  esta  agotado  con  los detalles.  Entonces  el  líder aparece.  Él escala  un árbol  muy alto, observa  el  panorama    y  le  dice  al  gerente, “¡Para  de talar!  Vas  en la  dirección equivocada.”  Ese  es un líder,  observa  el  panorama general y  dirige  de acuerdo  a  lo que  ve.

 

Los Líderes están Comprometidos

Jesús  estaba  completamente  comprometido a  su visión. Él dio  al  Padre  todo lo que  tenía  durante todos  sus días. Es una  característica  de un buen líder,  que  no es fácilmente  distraído  de su llamado  y  de la  visión  que tiene.  Él planea  su trabajo,  y  él  trabaja su plan. Él es un hombre obsesionado,  porque hay  muchos quienes se distraerían  y  se desalentarían.  Un líder cree  en lo que  hace cuando nadie  mas  lo cree. El líder debe pedir  a  sus  seguidores  que  estén  tan  comprometidos como  él  está. Jesús  diría a  sus  hombres,  “si me amas,  guarda  mis mandamientos.”

Estamos  hablando  de responsabilidad.  Los  líderes  esperan  que  aquellos  quienes están  alrededor de ellos sean responsables  para  la  visión,  el  programa o  el  llamado.  Él es responsable y  desea  lo mismo  de ti.

 

Los Líderes son Siervos

El talento que  Cristo  tuvo como  líder de hombres  se debe principalmente  a  que  fue  un líder-siervo.  ¡Piense en esto, el Hijo de Dios lavando  los  pies  de sus  seguidores! (Ve  Juan  13:4-20)  Cristo  se  rehusó  a enseñorearse  sobre  sus  discípulos,  aun  cuando él era  su Señor.  Él dirigió a  los  hombres  a  ser  hombres-servidores.  Su humildad, su amor y  su servicio  se ganaron  sus  corazones.

Cualquier persona que  quiera  llegar  a  ser  un líder puede  aprender  mucho de Jesús  el  siervo.  Jesús  enseñó y mostró que  el  ser  un buen líder no depende  de cuantos  hombres  te  sirvan, sino  a  cuantos  hombres  tu sirves. Este  es el  liderazgo movido por  el  amor y  la  acción.

 

Tu Mensaje de Vida

Finalmente, Jesús  modeló el  perfil  de un líder.  Su vida  fue  el  mensaje.  Bastante  después de que  la  mulititud olvidaron sus  palabras  y  sus  actos,  ellos todavía  recordaron  al  Hombre.  Sus  discípulos querían ser  como  él.

Ese  es el  último  cumplido.

No puedes dirigir  de una  forma  y  vivir de otra. Debes  hacer lo que  dices.  Lo que  tú eres  habla  mas  fuerte  que lo que  enseñas.  El verdadero líder dice, “sígueme,  ya he estado  allí.” Él ya ha vivido  lo que  le  pide  a  otros que  hagan.

 

El Poder  de una  Visión

Cuando un hombre de Dios alcanza  el  fuego,  el  mundo entero  viene  a  observarlo  quemarse.

 

Las Estrellas y los Barrotes

Dos  hombres  estaban en la  celda  de una  prisión con  solo  una  pequeña  ventana  en lo alto  del  muro.  Un prisionero,  muy desalentado, contemplaba  esa  ventana,  veía  los  barrotes  a  través  de la    pequeña  ventana  y pensaba  sólo  en los  barrotes  que  lo encerraban. Él veía  los  barrotes  y  se ponía  cada vez  mas  triste  y  sin esperanza.  ¡El  otro  prisionero sin  embargo, observaba la  ventana en la  noche  y  veía  las  estrellas  que  estaban más  allá  de los  barrotes,  y  entonces  decía,  “mira,  qué  hermosas están  las  estrellas!”  Viendo las  estrellas  que estaban más  allá  de los  barrotes,  él  tuvo esperanza y  visión  de un futuro. Estrellas  y  barrotes,  todo depende de cómo  veas la  vida. ¡Alguna  gente ve el  vaso de agua medio  vacío,  mientras  otros lo ven  medio  lleno!  Tu perspectiva  o  la forma  en que  ves  las  cosas  es de suma  importancia.  Algunos  hombres  son  positivos, mientras  otros  son  negativos.  Algunos  ven  más  allá  de los  barrotes,  lo  que  les  permite  distinguir las posibilidades.  Dios quiere  que  veamos las  estrellas.

A  lo largo  de las  Sagradas  Escrituras,  Dios nos  anima  a  que  seamos  gente  de visión  y  de potencial.  En Proverbios 29:18  leemos,  “Donde  no hay  visión,  la gente  se extravía.”  El profeta  Joel  en su profecía mesiánica dice  de los  últimos días, “y esto  sucederá  en los  últimos  días, dice  Dios, ‘Que  derramaré  mi

Espíritu  sobre  todo el  género humano.  Los  hijos y  las  hijas de ustedes profetizarán,  tendrán  sueños los ancianos  y  visiones  los  jóvenes.”

 

El Poder de la Visión

Nunca  debemos  minimizar el  poder  de una  visión. Los  hombres  y  las  mujeres de visión  cambian  el  mundo.

Pregúntate  a  ti  mismo en este  momento, “¿Cuál es la  visión  que  me ha dado Dios? ¿Estoy siendo  yo en este momento capturado por  el  poder  de esa  visión?”  ¡Si  no lo estás,  entonces  sólo  estas viendo los  barrotes! Estás viviendo  por  de bajo  de tu potencial  y  de tu llamado.

 

Lo que exactamente es una Visión

La visión  es prever  el  futuro, con  base en la  comprensión  del  pasado.  Alguien dijo  que  una  visión  es un puente  de información del  presente  para  el  futuro.  Observe que  Joel  dijo  que  los  jóvenes  son  más  propensos a  ver  visiones  y  los  ancianos  a  soñar  sueños.  ¿Qué  quiere  decir esto?  Que  los  sueños se basan  en  una experiencia  pasada; se tratan  siempre  del  pasado. Sin  embargo, la  visión  se trata  del  futuro. ¡Los sueños  se tratan  de lo que  fue,  la  visión  se trata  de lo que  puede  ser!  Ser  joven  o  anciano  es una  condición  relativa.

Hay  algunos jóvenes  que  sólo  ven  los  barrotes,  y  están  enfocados  en el  problema.  Su manera de pensar  es anticuada. El joven  con  visión  es un pensador  de posibilidades.  El líder cristiano  con  visión  ve las  estrellas  y cree  que  él  y  Dios pueden ser  una  fuerza  para el  cambio.  Una  visión  dada por  Dios se trata  siempre  de un cambio.  Él ve un futuro  brillante.

 

Cuál es El Propósito de una Visión

El líder camina teniendo  un futuro  mejor en su mente. Su visión  le  muestra la  dirección que  debe seguir  y también  lo que  debe hacer.  El propósito de una  visión  es fijar  la  dirección de Dios para  su vida.

• La visión  de Dios da dirección a  un hombre.

• La visión  de Dios da dirección a  una  familia.

• La visión  de Dios da dirección  a  una  ciudad.

• La visión  de Dios da dirección a  un país.

• La visión  de Dios da dirección al  mundo.

Observe  esto, no todo  el mundo tiene  en mente  un futuro  mejor.  Muchos ven  sólo  el presente  y  sus obstáculos.  En toda compañía debe haber    líderes  y  administradores. ¿Cuál  es la  diferencia?  Es como  la historia del  equipo de exploradores  abriéndose  camino a  la  fuerza  por  la  selva.  El “gerente”  en el  grupo organizará  al  equipo, asignando cuchillos, sierras  y  hachas para  pasar  a  través  de la  maleza. El gerente verá el  problema y  comenzará  a  talar.  El líder detendrá  al  equipo, subirá  a  un árbol  y  explorará el  área. Desde  lo alto  del  árbol él  gritará, “¡Alto! ¡Camino  Equivocado! Vamos en la  dirección incorrecta.” Ese  es un líder.  Él está  interesado  en la  dirección y  en un futuro  mejor. Dios siempre  ha tenido  sus  hombres  y  mujeres para guiar  a  su gente  hacia  fuera  de la selva.  Moisés, Nehemías,  Ester y  Pablo  fueron  líderes con  visión. Ellos fijaban la dirección y  determinaban  el futuro siguiendo la  visión  de Dios para  sus  vidas.

 

Los Límites

La visión  que  Dios te  da no sólo  fijará  la  dirección de tu vida, sino  también  sus  límites.  La visión  reduce  tu enfoque.  No puedes liderar   si  piensas que  tienes  que  hacer  todo;  deja  eso  a  los  administradores. Es su llamado,  no el  tuyo.  Tu visión  limita  el  alcance de tu tiempo,  intereses, y  ocupaciones.  El hombre  de visión ha sido  capturado por  la  visión. El es consumido  con  las  tareas  que  Dios le  ha dado.  Jesús era  así.  Muchas veces  su llamado  le  hacía  decir,  “requiero que  las  necesidades se vayan  …”  o  “el  hijo  del  hombre  debe…”

Esto lo llevó  a  una  cruz  y  Él todavía  está  conquistando  el  mundo a  través  de la  fidelidad  que  le  tenía  a  su visión.

Tu visión  limita  tus  elecciones.  El futuro  está  en el  corazón  del  líder y  él  lo puede  ver  por  fe.  Él no sabe

como  lograrlo,  pero él  sólo  se dedicará  a  aquellas  cosas  que  lo muevan en esa  dirección.

• Un líder con  visión  es disciplinado

• Un líder con  visión  se ve limitado

• Un líder con  visión  está  comprometido

• Un líder con  visión  está  enfocado

 

Haz tuya la Visión

Puede  ser  que  tu visión  no sea  la  misma  que  la  que  yo tengo,  tal  vez  ni siquiera  se parezca..  Sólo tú puedes hacer lo que  Dios te  llama  a  hacer.  Su propósito en y  a  través  de ti  es la  visión  que  él  tiene  para ti. Tú debes verla,  creerla y  exigirla como  tuya.  Abraza tu visión  como  un don  especial  de Dios para  ti. Él está  dispuesto a  compartir  su propósito contigo.  ¿No  es ese  un  pensamiento  maravilloso de él?  ¡El  Dios grande de Abraham, Isaac,  y  Jacobo quiera  cumplir  su voluntad  y  su propósito al  llamarte  a  ti!  ¡Asombroso!  Es tan asombroso;  Satanás y  el  mundo tratarán  de desalentarle para  que  no puedas lograr  tu visión. Tal  vez  aún  tus amigos y  tu familia traten  de detenerle. Los  líderes  en la  Biblia  tuvieron  el  mismo conflicto. Por  ejemplo, Pablo  estaba  continuamente defendiendo su llamado  como  apóstol a  los  gentiles.  Él tuvo  que  explicar  su visión  a  aquellos  que  no lo podían entender. Muchos no aceptaron  sus  explicaciones, e  intentaron  impedir que  continuara  con  su visión.  Pablo  tuvo que  hacer  suyo el  llamado  cuando algunos  no estaban  de acuerdo. Ser  un líder puede  significar soledad.

 

Visión Cumplida

Apégate a  tu visión.  El mundo tal  vez  no lo pueda  entender, pero lo necesita.  Allen Richardson  dice  de la palabra “visión”  que  está  en Proverbios 28:18 ,  “una visión  es esa  declaración  de voluntad  de Dios sin  la cual  la  sociedad  y  aún  la  humanidad  sería imposible.”

 

La Muerte de una Visión

Hace algunos años Bill  Gothard hablaba de “la  muerte de una  visión.” Él decía que  los  hombres  y  mujeres de Dios experimentaban  un tiempo difícil  cuando el  cumplimiento  de la   visión  parecía  imposible.  Así  como cuando Elías se escondió  de la  reina  malvada  Jezabel bajo un arbusto.  ¡Dios  le  había  mostrado a  Elías su poder  en el Monte  Carmelo, pero en cierta  forma  el  profeta  ahora  asustado, parecía tener  amnesia!  Él había perdido la  confianza de que  Dios iba  a  hacer  lo que  él  dijo  que  haría.  Todo  líder parece  pasar  por  un momento emocional  donde  él  o  ella  quiere  rendirse.  La visión  que  el  o  ella  tenía  muere. Eso  es “crisis  de fe.”  Todo lo que  tienes  es la  realidad  de tu visión.  Y  entonces  te  preguntas a  ti  mismo, ¿así  lo quería  Dios? ¿Será  que  yo estaba  equivocado? Todo lo que  el  líder puede  hacer es confiar en Dios y  creer en sus  instintos.

En alguna  parte del  centro  de este  período oscuro, si  el  líder que  tiene la  visión  se toma  fuerte  de la  mano de Dios, entonces  Dios se hará cargo  de la visión. A  veces  parece  que  él quiere  probar  tu actitud en  una situación  así.  Pablo,  el  apóstol pasó por  esto. En 2ª Corintios el  habla  de “estar   sentenciado  a  muerte” dentro  de su espíritu.  Él estaba  tan  deprimido  que  él  deseaba morirse.  A  pesar  de eso,  él  encontró  gracia  y consuelo  en Cristo  para seguir  adelante.  Así  sucede también  con  muchos de nosotros. Tal  vez  tienes  que “morir”  a  lo que  tu quieres para esta  visión; ¡regrésasela a  aquel  quien  primero  te  la  había  dado!  Era  de él desde  antes de que  fuera  tuya.  Y  entonces  de esa  manera él  puede  volver  a  confirmar tu visión  otra  vez.

 

El Poder de la Visión

Cuando decimos  Dios confirmará  tu visión, esto  será  cierto  sólo  si  él  puede  ser  glorificado  en ella.  Él no autorizará una  visión  que  provenga de la  carne.  Los  dones  y  los  llamados  son  su obra. Así  como  también  el poder  para lograr  esa  visión. ¡Cuando  el hombre  de Dios alcanza  el fuego,  el mundo entero  viene  a observarlo  quemarse!  Usando la  fe sumisa y  condicional debemos  pedir al  Padre  que  apruebe  su visión  en nosotros. Recuerda,  “no  será por  la fuerza,  ni por  ningún poder,  sino  por  mi Espíritu  dice  el Señor Todopoderoso”   (Zacarías 4:6).

La aprobación  de una  visión  será  acerca  de lograr  lo que  parece  humanamente imposible.  “ Pues  lo que   es imposible  para los  hombres ,  es   posible  para Dios .”  El líder con  visión  ve la  solución  por  fe.  Él es un solucionador  de problemas.  ¡Él  ve las  estrellas,  no los  barrotes!  El líder con  visión  tiene  la  percepción  de Dios y  la  supervisión  de Dios.  “Aquel que  es inteligente  capta  fácilmente”   (Proverbios 20:5).  Dios le enseña lo que  no es obvio  para  otros.  Él puede  ver  la  solución  de Dios para  el  problema.

 

Cuando Dios Aprueba una Visión

La aprobación  de la visión  se tratará  de Dios animándote a  ti  como  líder.  Tú  te  sentirás  indefenso  y desesperado algunas  veces.  El Espíritu  Santo  te animará.  Él cree  en ti. Cuando estamos  tartamudeando como  Moisés ante  la  visión  de la  Zarza  ardiente,  gritando,  “¿Quién  soy  yo para ir  ante  el  Faraón?”  Dios te capacitará  con  su valentía  y  su coraje. Si El Padre  comienza algo, el  proveerá  para que  se lleve  a  cabo.  Él nunca  te  llamará  a  algo, a  lo que  él  no te  vaya a  ayudar  para  que  lo logres.

 

¿Cuál es tu Visión?

  ¿Qué  te  ha estado  llamando Dios a  hacer?  ¿Lo  estas escuchando?  ¿Estas  viendo las  estrellas  o  solamente los  barrotes? Si no tienes  una  visión, entonces  la  gente  perece, y  tú has  perdido  la  oportunidad de ver  la mano sobrenatural de Dios en tu vida. Si Dios no te  ha dado la  visión, entonces  no eres  un líder cristiano.

Un verdadero líder hará una  reverencia,  se rendirá ante  él  y  continuará  buscando las  posibilidades  Divinas. Que  seas  esa  persona que  Dios pueda  llamar  y  pueda  usar. “Aquí estoy yo Señor,  envíame  a  mí.” ¿Cómo Puedo Saber mi Visión?

1. Házte disponible a  Dios =  Hay  que  estar de servicio. ¡80%  del  liderazgo es el  presentarse!

2. Busca  la  voluntad  de Dios por  medio  de la  oración y  el  ayuno  =  Entrégate a  Dios.

3. Pasa tiempo en las  Escrituras =  Dios habla  a  través  de su Palabra.

4. Busca  consejo bueno  de otros líderes  =  Hay  sabiduría en muchos consejeros.

5. Dios habla a  través  de las  circunstancias  de la  vida  =  Dios cambia divinamente las  circunstancias.

6. Dios puede  dar  una  “palabra” a  otra  persona sólo  para  ayudarte  definir  tu visión  =  una  palabra  profética.

7. Camina en la  fe mientras  Dios confirma  tu visión  =  Confía y  obedece.

 

Haciendo Realidad tu Visión

 

Cualquiera  puede  sentarse  y  soñar,  pero se requiere  trabajo,  disciplina y  determinación para  hacer  tus  sueños realidad.

Si no tenemos  un plan  de trabajo y  no nos  fijamos  metas no lograremos  nada que  valga  la  pena.  El éxito  es caminar  paso a  paso hacia  un gran ideal.  Fijas metas cuando tú decides cuáles son   tus  ideales de mayor valor.  El Plan de acción  es ir  cumpliendo paso a  paso esas  metas.

 

¿Porqué Fijar Metas?

Una  persona  sin  metas es como  un barco  sin  capitán.  Un barco  puede  tener  el  equipo y  la  estructura  de mayor  calidad,  pero aún  así,  si  no hay  un capitán para  conducirlo  y  para trazar  el  camino,  este  no llegará  a ningún lugar  y  tal  vez  termine  sobre  las  rocas.  Si una  persona  está  aspirando a  “nada”,  está  plenamente garantizado que  logrará su objetivo.  Para hacer  realidad   tu visión  necesitas  trazar  metas a  las  que  puedas aspirar y  lograr.  Para tener  éxito en cualquier cosa se requiere  planeación  y  dirección. El fijar  metas  es el primer paso para que  el éxito  sea  el resultado  final.

 

Como Fijar Metas

Las  metas deben  ser:

• Alcanzables –  debes  tomar  en cuenta  tu mayor  esfuerzo  dando  lo mejor de tí, pero debe ser algo  que  puedas alcanzar.

• Creíbles  –  tu corazón  dice  que  puedes hacerlo.  Si tú no crees que  es posible, no lo es!

• Medibles –   debe poderse  ver  el  final,  y  poderse medir.

• Con Fecha  Límite –  Hay  que  establecer un programa para cumplir  con  cada tarea.

 

Tres Tipos de Metas

Tres tipos  de metas son  necesarias para  el  cumplimiento  de una  visión:

• Metas  a  corto  plazo

• Metas  a  mediano plazo

• Metas  a  largo  plazo

Por  ejemplo :  Imagínate  que  tienes  la  visión  de tí  mismo siendo  un hombre  poderoso  por  el  conocimiento de la  Palabra de Dios así como  alguien a  quien  admiras.  Como  le  puedes hacer  para llegar  a  ser  poderoso  en las  escrituras?  Sientes que  aprendiendo a  memorizar las  escrituras es   una  de las  claves  para lograr  tu meta.

Así  que  te  propones memorizar  las  escrituras como  parte de tu caminar  diario  con  Dios. ¿Cómo le  harías para lograrlo?

 

Tener un Plan

Memorizar  cualquier cosa se lleva  tiempo y  trabajo,  y  hay  que  estarlo  repetirlo  constantemente. Así  que necesitas  un plan. Vamos a  usar  el  “Navigator  Topical  Memory  System”  (Sistema  de Memorización de los Navegadores)  como  el  plan  y  vamos  a  dividirlo  en metas manejables.

La Rueda  =  12 versículos

Meta de corto  plazo  =  1  versículo  por  semana

Meta de mediano  plazo  =  12 versículos  en 12 semanas

Meta de largo  plazo  =  Repasar  estos  12  versículos  cada semana  y  agregar  uno  nuevo  cada semana,  agregándolo a  la  lista  de repaso  hasta que  al  final de un año  ya haya memorizado 52 versículos en un Plan de Lectura Organizado  por  Temas  para un año.

 

Trabaja en tu Plan

Tú puedes comerte  un elefante  una  mordida a  la  vez.  Cumplir  tu visión  se trata  de enfocarse y  de tener disciplina. Si deseas  ser  una  persona poderosa  en las  escrituras y  esa  es tu meta, entonces  búscala todos  los días. Sé constante.  Sé fiel.  Debes  siempre  estar dispuesto a  trabajar.  Ten  un plan,  y  efectúa tu plan.  La memorización de las  escrituras se trata de repetir,  repetir,  y  seguir  repitiendo.  ¡Puede ser  monótono!  Pero continúa  con  eso  y  pronto  las  palabras  de la  Sagrada  Escritura  estarán en tu corazón,  y  luego  en tu espíritu.

Debes  agregar a  tu meta un tiempo diario  para  leer, estudiar  y  meditar la  palabra de Dios. ¡Aquellos hombres y  mujeres que  tú y  yo conocemos  que  son  poderosos  en las  escrituras no  llegaron  a  donde  están  porque hayan  tomado  alguna  travesía!  Ellos han  pagado el  precio  al  ser  diligentes al  través  de los  años. Muchos días y  horas han  sido  dedicadas a  practicar  el  Salmo  119:11 “en  mi corazón  atesoro tus  dichos, para no pecar contra  ti.”   El tiempo  que  pasas  a  solas con  Dios cada día,  con  una  Biblia  abierta y  una  libreta  para tomar apuntes,  es el  laboratorio  donde  se forma  un hombre santo. Cualquiera  que  sea  tu visión,  necesitarás  un plan  para  alcanzar  esas  metas.  El fijar  metas  es muy práctico  y benéfico.

• Las  metas a  corto plazo pueden ser  para  una  semana,  un mes  o  dos  meses.

• Las  metas de mediano  plazo van  desde  noventa  días  hasta seis  meses.

• Las  metas a  largo  plazo van  desde  un año  hasta la  duración  de una  vida.

 

La Meta de Una Vida

Cuando llegues al  final de tu vida  y  veas atrás, ¿sentirás  que  fuiste  un éxito?  Un amigo  dijo  una  vez,  “¿Si  tú consigues llegar  al  lugar  hacia  donde  vas  te  gustará donde  te  encuentres  en ese  momento?” Es una  buena pregunta. Para asegurarte  de que  te  gustará “el  lugar  a  donde  llegues”  necesita  haber  una  META EN  TU

VIDA  para mantenerte  activo. El Señor  Jesús tuvo una  meta en su vida. Él dijo, “siempre hago  lo que  le agrada”   y  “he  llevado  a  cabo la obra que  me encomendaste”  (Juan  8:29, 17:4).

Muchos años atrás,  yo decidí  tener  la  siguiente  como  La Meta de mi Vida: “Conocer,  amar  y  glorificar  a  Dios;  y  ser  usado  por  Él para levantar  obreros  capacitados  en grandes  cantidades, para ayudar  a  que  se cumpla  la Gran Comisión durante  toda  mi vida.”

Teniendo esta  meta escrita  en la  parte delantera  de mi Biblia,  en mi libreta  de apuntes,  y  en mi corazón  me ha conservado  enfocado todos  estos  años.  Sería bueno  que  toda  persona  que  desea  discipular a  otros espiritualmente  tuviera una  meta en su propia  vida  dirigida por  Dios.

 

Nacido Para Reproducirse

  

La actividad no es un substituto de la producción, y  la producción  no es substituto de la reproducción.

 

Dawson  Trotman, fundador  de los  “Navegadores”,  una  vez  escribió  un pequeño  folleto  titulado,  Nacido

Para Reproducirse. En  este  Dawson Trotman  hace énfasis en el concepto de que  somos  salvos  para ser  discípulos  y  por  lo tanto  enviados  de Cristo  para “ir  y  hacer discípulos de todas  las  naciones.”  (Mateo 28:19,  20)  Es una  locura  enorme pensar  que  cuando Jesús dio  este desafío para  llevar  el  mensaje de salvación, “a todas  las  naciones,”  lo hizo  sin  un plan. Ciertamente,  ¿Cómo era  posible que  este  pequeño  grupo  de seguidores  podía  esperar hacer  discípulos de todas  las  naciones  del mundo?

Hay  algunos  de nosotros  que  pensamos  que  la  Gran Comisión es en sí  misma  el  plan.  Esta contiene  la estrategia de Cristo   para  la  conquista mundial.  Mira las  instrucciones  cuidadosamente:

• Ir =  el  llamado  a  testificar  y  a  evangelizar.

• Hacer  Discípulos  =  el  llamado  a  capacitar  a  los  creyentes

• Enseñándoles =  el  llamado  a  reproducir  nuestra fe en aquellos  a  quienes estamos capacitando

• Estaré siempre  contigo  =  la  promesa  de su poder

Realmente,  todo el  tiempo que  Jesús  estuvo  con  sus  discípulos  en el  mundo fue  usado  en prepararlos  para avanzar  en su nombre y  así  poder  compartir al  mundo las  buenas nuevas.  Él los  estaba  alistándolo  en la escuela del  discipulado. La obra clásica de Robert Coleman, El Plan Mayor de Evangelismo,  nos  enseña claramente  que  Cristo  tenía  un plan  y  un propósito para  todo lo que  hizo  con  los  doce.  El libro de Coleman esquematiza el  método de Jesús  como  sigue:

• La selección

• La asociación

• La consagración

• La multiplicación

 

La Selección

La primera parte del  método de Cristo  fue  seleccionar  a  los  hombres  propicios.  ¿Te  has  dado cuenta  de que Jesús  era  muy cuidadoso  en la  selección que  él  hizo de los  hombres  para ser  “Los Doce”? Él no  llamó  a todos  o  simplemente  a  cualquiera,  sino  que  llamó  a  unos pocos.  Ellos  no  eran la gran cosa según  laperspectiva  del  mundo, pero eran hombres  que  lo seguirían. Eran personas  fieles,  disponibles, y  fáciles  de enseñar.  Había un plan  en la  elección  de Cristo  de esos  doce hombres. No eran perfectos,  ni mucho menos superhombres  para  el  mundo, pero Jesús  vio  su potencial  y  construyó su propósito en ellos.

Con  todo,  nosotros  estamos  para “ir”  y  dar  testimonio  a  todos  aquellos  que  estén  dispuestos  a  escuchar. Entonces nosotros  debemos  bautizar  a  ese  recién  convertido.  El siguiente  paso es crear  de él  un discípulo. Aquí es donde  podemos  aprender  de Cristo. Ni siquiera  Jesús  pudo hacer  de Judas,  un  fiel  seguidor. Es importante  para el  plan ser  cuidadoso en la  selección Encuentra  a  la  persona  que  te  seguirá y  aprenderá  de ti. Un Pastor  puede  dirigir  a  una  congregación, pero él  no puede  discipular a  toda la  congregación. Lo que puede  hacer él  es lo que  hizo  Jesús,   él  puede  seleccionar  y  delegar la  autoridad sobre  dos  o  tres.

 

La Asociación

La segunda  parte  del  método era  el principio de asociación,  “Con  Él”.  Coleman  en su  libro  menciona mucho  esta  estrategia. Él dice  que  era  parte del  plan  de Dios mantener a  los  doce cerca  de él  esos  primeros tres  años.  ¡Mucho  después  de que  pudieran  olvidar a  dónde  fueron, o  a  quién  conocieron, ellos siempre  lo recordarían!  Este hecho  de “asociación con  Cristo” cambiaría para siempre  a  estos  hombres. El mandato “Síganme”  era  parte de un plan  y  de un propósito para  aconsejarlos al  estar a  su lado.  Ellos comprendieron tanto  como  les  fue  enseñado. El sólo  hecho  de estar con  Cristo  viviendo  íntimamente  día  tras  día,  hizo que él  se ganara  sus  corazones.  Y  al  final ellos acabarían muriendo por  él. Cristo  comprendió el  principio de liderazgo:  “Con Él”  .

 

Nosotros  también,  debemos  adoptar  lo estrategia,  “Conmigo.” Tú no puedes reproducir  tu vida  y  tu estilo de vida  en otra  persona si  no pasas  una  buena  cantidad  de tiempo con  él. Esto es cierto  al  criar a  los  hijos y así mismo  con  los  discípulos espirituales. Los  padres  que  pasan  largas  horas  con  su hijo, podrán verse  ellos mismos reflejados en su hijo. El discípulo  aprende  tanto  como  le  sea  enseñado. De los  primeros  discípulos se decía  “ellos  tomaron  ejemplo  de aquellos  que  habían  estado  con  Jesús.” Aquella persona  que  desee  dirigir  a otros debe estar tan  disponible  para sus  discípulos  como  Cristo  lo estuvo  para los  suyos.  La reproducción espiritual es muy parecida  al  proceso del  nacimiento, se lleva  tiempo y  la  labor  es dolorosa.

 

La Consagración

El plan  de Jesús  incluía  llevar  a  aquellos  hombres  que  Él había llamado  a  “buscar  primeramente  el  reino.”   El tener  prioridades  es esencial  para  un discípulo. En Lucas  14,  todas  las  parábolas de Jesús  tratan  de calcular  el precio. Nuestro Señor  dice  tres  veces  en Lucas  14,  “no  puedes ser  mi discípulo,”   a  menos  que  me ames  más que  a  la  gente,  los  lugares y  las  cosas.  Su plan  hace el  llamado  a  una  vida  Santa  y  a  un camino en disciplina con  Dios. Una  y  otra  vez  durante  esos tres  años en los  cuales  ellos viajaron  juntos, Jesús  dejo que  sus discípulos vieran  su compromiso con  el  Reino  de Dios y  él  los  desafió a  ser  así como  el  era.

Así  también  nosotros  debemos  vivir  vidas  consagradas con  el fin  de liderar  a  otros.  Es un  principio espiritual del  liderazgo,  el  hecho  de que  no puedes llevar  a  otros a  donde  tú nunca  has  estado. No puedes llevar  a  otros a  lo más  profundo  cuando tu mismo no sabes  ni nadar.  No puedes llevar  a  otra  persona  a  vivir más  cerca de Dios de lo que  tú vives.  ¿Por qué? Porque en el  tiempo que  pasa contigo,  él  se encontrará  con “tu  otro  yo.”  Si le  dices que  ore,  pero él  no te  ve ni te  oye  orar  continuamente,  él  no creerá  que  él  deba hacer  de la  oración una  prioridad. ¿Crees que  “los  doce”  alguna  vez  olvidaron sus  horas  en oración  con Jesús?  ¡Para  nada!  ¡Cuando  Jesús  oraba  a  su Padre,  ellos lo observaban  y  anhelaban  conocer  a  Dios también de esa  manera! El llevar  a  otros a  ser  discípulos se trata  de “ser”  un discípulo  primero,  y  después hablarle  a otros de esto.

 

El principio de Multiplicación

Es asombroso  pensar  como  Jesús pudo observar  esa  colección extraña  de hombres; pescadores,  cobradores de impuestos,  fanáticos, y  hombres  comunes, y  ver  el  Reino  de Dios en ellos.  Él vio  lo que  nadie  más  podía ver;  él  vio  al  mundo siendo  salvo  por  el  testimonio  de estos  hombres.   ¡Ninguno  de ellos había  viajado alguna  vez  a  cien  millas de su casa, y  a  pesar de eso,  Jesús  les  mandó que  hablaran  a  “todas  las  naciones” de él! Él debe haber  tenido  un plan. Él lo tenía.  Su visión  era  que  cada hombre ganara  otro  hombre y  que  lo discipulara,  y  que  a  su vez  éste  ganara  a  otro  hombre.  El plan  es reproducción  espiritual. Este  es el  principio de la  multiplicación.

Si funciona, entonces  ¿cómo?  Es tan  simple que  solo  unos cuantos  lo  han  intentado  de verdad.  Esto funciona  de la siguiente manera.  Un  discípulo gana una  persona  para Cristo  y  pasa el primer año capacitando a  esa  persona  para ganar  a  otra;  y  mientras  tanto,  el discípulo también  gana su segunda persona;  el  convertido  que  él  ha capacitado  ahora  gana su 1er  persona  para Cristo. De esta  forma,  al  final de un año  solamente  habrá  cuatro  personas  involucradas.

Esto no suena  como  un plan muy exitoso para ganar  el  mundo. Pocos  pastores  podrían  construir  una  iglesia así de lento.  Tal  vez  pienses que  de esta  forma  nunca  ganaremos  al  mundo. Piénsalo  bien. El siguiente  año,  habrá  8  discípulos,  porque cada discípulo  está  ganando  y  entrenando  una persona cada año.  En diez   años habrá  1,024  discípulos practicando la  misma  estrategia.  En veinte   años el mundo tendrá  1,048,576 seguidores  de Jesús.  Esto no está  tan  mal, ¿cierto?  ¡Eso quiere   decir que  si  cada uno de ellos ganara y  entrenara  a  uno  más, en  treinta   años habría  1,073,741,824!  ¡En  una  generación, cuarenta   años, más  de 1  trillón  de personas  vendría a  Cristo  para salvación!  Piensa  en este  plan Maestro por  un segundo.  ¡Este  cálculo de 1  trillón  de personas  es un número  tan  asombroso  que  podemos  decir que desde  que  Jesús  nos  mostró este  plan la  iglesia  ha tenido  el  suficiente tiempo como  para ganar  al  mundo entero  más  de 100  veces!  La iglesia  pudo haber  llevado a  cabo La Gran Comisión en la  primera  generación a  través  de esos  12 hombres.  No es un mal  plan; solo  que  no se ha probado  con  mucha  fidelidad.

Bueno  pues, todos  sabemos  que  hay  imperfecciones  en esta  idea  de multiplicación espiritual.  No todas  las personas  que  capacites serán  fieles  a  ganar  otra  cada año.  Sin  embargo, ellos deberían. ¿Acaso es mucho pedir?  ¿Lo  es?  ¿Es  algo  fuera  de razón?  ¡Ciertamente  no!  El Apóstol Pablo  multiplicó su vida  en Timoteo, Lucas,  Silas, Tito  y  Trófimo.  Él por  sí  mismo fue  un evangelista  y  ganó a  muchos para  Cristo.  Sin  embargo, a  través  de aquellos  a  quienes capacitó,  ganó a  multitudes.  Él dice  de los  creyentes Tesalónicos,  “Ustedes  se hicieron  imitadores  nuestros  y  del  Señor….de  esta  manera se constituyeron  en ejemplo  para todos  los creyentes…..partiendo  de ustedes,  el  mensaje  del  Señor  se ha  proclamado  no  sólo  en Macedonia  y  en Acaya  sino  en todo lugar”   ( 1  Tesalonicenses  1:6-8).

Es muy importante  que  comprendamos  el  plan Maestro para  traer el  Reino.  Nosotros  no estamos  llamados a  hacer  conversos,  los  cuales  podamos  bautizar,  poner  en los  roles  de la  iglesia  y  olvidarnos  de ellos.  No estamos  para ocuparnos  en contar  el  número de conversos,  sino  para ocuparnos  de hacer  crecer  discípulos. Dawson Trotman  dijo  acertadamente,  “ La actividad no es un substituto de la producción, y  la producción no es substituto  de la reproducción .”  Cristo  nos  llama  a  “hacer  discípulos  y  a  capacitarlos.”  Nosotros hemos  nacido  para  hacer discípulos.  Jesús  lo hizo  con  los  hombres  que  eligió,  y  nosotros  estamos  para  seguir su ejemplo.

 

¿Qué estás haciendo?

¿Estás  comprometido con  el  plan  del  Maestro? Si nó,  has  desperdiciado  tus  energías.  Un día  tu mirarás atrás en tu vida y  buscarás  algo bueno  que  hayas  hecho  en este  mundo. Jesús  nos  dijo  que  oráramos por  que: “lleves fruto  y  que  permanezcas  en la vid”   ( Juan  15).  Él mismo oraba  por  el  “fruto”  de sus  discípulos cuando el  oraba  por  aquellos  que  creerían  al  ver  el  testimonio  de ellos.  (Ve  Juan  17:20 ).  ¡Efectivamente Jesús  estaba  orando porque sus  seguidores  vinieran  a  ser  hacedores de discípulos! Cuando era  joven,  un líder maduro espiritualmente  me desafió.  Cuando lo vi en una  conferencia,  yo  lo saludé  y  le  dije, “¿Cómo  has  estado?”  El respondió,  “No  te voy  a  preguntar como  has  estado  tú,  sino ¿cómo  han  estado  otros por  causa  de lo que  tú has  estado  haciendo? ¡Me  quedé  sorprendido!  Sus  palabras penetraron  en mi corazón.  Esa  pregunta  ha estado  grabada en mi mente  durante todos  los  años que  yo he servido al  Maestro. Este  es el  estilo  de vida  que  nosotros  como  seguidores  de Cristo  debemos  vivir.  “¿Cómo están otros,  por  causa  de lo que  tú has  estado  haciendo?”  Esa  es la  pregunta  que  nuestro Señor  hace a  todo verdadero discípulo. ¿Estás  dandola  clase  de fruto  que  permanecerá? ¿Puedes  apuntar  a  tu “Timoteo”  y decir “Allí esta  mi esfuerzo  para ayudar a  lograr  la  Gran Comisión en el  transcurso  de mi vida”?  Estos hombres  y  mujeres son  el  trabajo de mi vida.

 

Estoy siempre contigo

Finalmente, avanzamos  en su nombre,  llenos  de su espíritu,  y  ungidos por  su poder.  Jesús se alegra  cuando tratamos  de seguir  su plan. Él irá  por  delante y  detrás  de nosotros  y  hablará a  través  de nosotros. Tú tienes su promesa  de esa  bendición.  “Por tanto,  vayan  y  hagan  discípulos….enseñándoles  a  obedecer  todo lo que les  he mandado a  ustedes,  y  les  aseguro  que  estaré  con  ustedes siempre.”

 

Los  Métodos  del Hacedor  de Discípulos

 

Algunas veces  es de gran utilidad definir  a  que  nos  referimos con  hacer discípulos.  En las  últimas palabras  de

nuestro Señor  a  sus  seguidores,  él  les  dijo  “ vayan  y  hagan  discípulos.” Entonces, ¿a qué  se refiere  con  que  “hagamos  discípulos” ?  Algunos  piensan  que  esto  significa  evangelizar, ganar  a  los  perdidos  para  Cristo.  No,  ese  es el  “vayan”  del  mandato  de Cristo.  Pero nosotros  debemos:

• Ir

• Bautizar

• Y  hacer discípulos

¿Se  crean discípulos al  ser  maestro de una  clase en la  iglesia?  ¿Se  crean  discípulos al  predicar  un sermón  el domingo? Bueno, estas cosas  son  buenas y  útiles,  pero están  algo alejadas  de lo que  Jesús  pretendía.  La enseñanza  y  la  predicación  no son  esenciales para  hacer  discípulos.

 

El Plan del Maestro

Piénsalo  de esta  manera. El Señor  Jesús llamó  a  algunos  hombres  para que  fueran  sus  discípulos.  ¿Cómo es que  ellos llegaron  a  ser  lo que  Jesús los  había  llamado  a  ser?  Él tenía  un método para el  entrenamiento  de estos hombres.  F.F.  Bruce  en su libro clásico, The  Training  of the  Twelve (El  entrenamiento  de los  Doce), nos  muestra como  Jesús  hizo  discípulos de este  grupo  de hombres  imperfectos.  El libro The  Master Plan of Evangelism (El  Plan Mayor del  Evangelismo) también  nos  muestra el método de Jesús.  Lo  esencial  al momento de hacer  discípulos  está  en la palabra  “entrenamiento.”  Cristo  entrenó  a  los  doce para que tomaran  su lugar  cuando el  ya no estuviera. Vamos a  echar  un vistazo a  como  los  entrenó.

 

El Entrenamiento del Maestro

Entrenar  y  enseñar  no  es lo  mismo. El entrenar  incluye  la enseñanza,  pero  el enseñar  no  incluye entrenamiento. Entrenar  a  un hombre es “de  adrede”  tener  un plan y  una  meta en mente. Jesús ciertamente tenía  un plan y  un propósito para los  doce.  Él estaba  “con ellos”  con  el propósito de entrenarlos. El entrenamiento debe incluir  estos  cinco  elementos  que  el hacedor  de discípulos  usa  para transformar  su nuevo  creyente  en un discípulo:

1. Dile cómo

Dile cómo  orar, cómo  dar  buen testimonio,  cómo  compartir su testimonio,  cómo  leer  su Biblia,  y  cómo memorizar las  Sagradas  Escrituras.  Ésta es la  parte  del  entrenamiento  que  se refiere  a  la  enseñanza.  La enseñanza  es una  necesidad y  un requisito, sin  embargo  éste  es sólo  el  primer  paso para poder  llevar  a  un creyente  a  la  madurez.

2. Muéstrale  cómo

Aquí es donde la mayoría  de los  maestros  y  los  predicadores  fallan.  Ellos se detienen  en la  enseñanza  y  la predicación, y  luego  les  dicen,  “Muy  bien, ahora  vayan  y  háganlo.” El verdadero  hacedor  de discípulos estará  dispuesto a  hacer  lo que  Jesús  hizo y  mostrarles cómo  hacerlo.  Los  discípulos  le  pidieron  a  nuestro Señor,  “Señor,  enséñanos  a  orar.”   Él les  enseñó la  oración modelo (Lucas 11)  pero también  les  mostró como  hacer  la  oración.  ¡Durante  los  tres  años que  ellos estuvieron  “con él”,  ellos lo escucharon  orar  una  y otra  vez! ¡Él  les  mostró   cómo!  La verdadera dirección se da cuando el  líder literalmente  “muestra”  a  un nuevo  creyente  como  lograr  una  habilidad más  en su vida.

3. Ayúdalo a que comience

El hacedor de discípulos es un maestro que  te  hace estar activo. ¡Mostrar  como  se hace es mejor  que  solo decir cómo!  Por  ejemplo,  yo puedo  enseñarte como  testificar,  y  aún  mostrarte como  se hace,  pero hasta que  no te  ayude  a  que  comiences  a  testificar  tú no estarás testificando  todavía.  ¡Si  yo estoy  contigo  y  poco a  poco te ayudo  a  que  comiences,  observándome testificar,  no pasará  mucho para cuando tú  ya  estés haciéndolo  por  tí  mismo! ¡Esto  es ser  un guía! Esto es entrenar  a  otros.

4. Mantenlo trabajando continuamente

Ésta  es la  parte más  difícil.  Los  líderes  de hombres  deben  tener  la  paciencia de Job.    Los  discípulos jóvenes se distraen,  y  se desaniman.  Ellos necesitan que  los  animen.  Pablo  en su carta a  los  Tesalonicenses  dice   “los tratamos  con  delicadeza,  como  una  madre  que  amamanta  y  cuida  a  sus  hijos”   ( 1  Tesalonicenses 2:7).

Ésta es la tarea  de un hacedor  de discípulos.  Lo debes  mantener trabajando  continuamente.  Tu  nuevo creyente  dejará  de memorizar la  palabra,  dejará  de tener  un tiempo de paz,  y  dejará  de leer  la  Biblia.  Satanás está  trabajando  duro. ¡Sin  embargo  tu estas allí  para él! Tú eres  el  líder de tu varón  fiel.  Debes  formar un carácter  y  una  disciplina en él. Quédate  al  lado de tu discípulo hasta  que  él  pueda  ser  un creyente  por  símismo.

5. Entrénalo para reproducirse

Ésta  es la  etapa final de la  maduración. Muéstrale que  él  debe enseñar  y  entrenar  a  alguien más  así  como  tú le  has  enseñado y  lo has  entrenado a  él. Él no debe romper la  cadena.  Entrénalo para que  él  pueda  entrenar a  otro. El gozo más  grande de un hacedor  de discípulos  está  en  ver  a  su discípulo alcanzar  a  otro  y entrenarlo.  ¡Ésa es una  bendición!  La mejor manera de llevarlo  a  reproducirse  es dándole  un concepto  o  una herramienta que  el  pueda  transmitir  y  pueda  dar  a  otro  converso.

Finalmente, puedes ver  que  hacer discípulos es un trabajo duro. Es por  eso  que  muy pocos  hombres  lo hacen correctamente.  Sin  embargo,  aquellos  que  invierten  su  tiempo  haciendo discípulos  reciben  grandes recompensas.  Este  tipo  de crecimiento explosivo es a  lo que  Dios se refería  cuando nos  pidió que  ganáramos al  mundo.

 

¿Qué  es un Hombre  Fiel?

¿Dónde  está  tu “hombre”?  Desde  el  principio los  líderes  de la  iglesia  siempre  estaban  preparando  a  sus hombres. Bernabé  a  Sáulo,  Pablo  a  Timoteo, y  Pedro  a  Marcos.  ¿Dónde  está  tu  creyente  digno  de confianza?

2  Timoteo  2:2  “Lo  que  me has  oído decir  en presencia de muchos testigos,  encomiéndalo a  hombres fieles  (creyentes  dignos  de confianza),  que  a  su vez  estén capacitados para enseñar  a  otros.” Esta es una  idea extraordinaria en  la  estrategia  de  Pablo  para hacer  discípulos.  Observa  las  cuatro generaciones  de discípulos:

• Pablo  a  Timoteo

• Timoteo  a  varones  dignos  de confianza

• El creyente  digno  de confianza a  otros también

En el  esfuerzo  de Dios para alcanzar  al  mundo con  el  evangelio,  podemos  ver  los  diferentes  niveles de liderazgo  en la  iglesia.

 

El Convertido

Este es el  bebe recién  nacido  en Cristo  (ve  2  Pedro  2:2).  Él/ella  necesita  saber  lo básico  de cómo  puede alimentarse por  sí  mismo. Él necesita  aprender  cómo  tener  un momento devocional, leer  las  escrituras, orar, pertenecer  a  Dios y  obedecerlo.

El Discípulo (D)

Este es el  cristiano  en crecimiento que  está  aprendiendo a  caminar  con  Cristo  (ve  Lucas  14:25-35 ).  Él/ella ya tiene habilidades  básicas para  caminar  en obediencia  con  Cristo, pero necesita  aliento y  dirección en su visión  para  hacer  una  diferencia en su mundo. Él necesita  estar aprendiendo a  “hacer  discípulos”  de aquellos que  están en su medio  ambiente.

El Hacedor de Discípulos (HD)

Este  es un hombre como  Timoteo.  El ha venido al  lugar  de liderazgo en su caminar  con  Cristo. Él es nacido para reproducirse.  Él, al igual  que  Pablo  su antecesor,  ganaba convertidos y  discípulos  los  cuales  eran creyentes dignos  de confianza.  Él/ella  tiene  una  mentalidad  que  está  comprometida con  La Gran Comisión.

El Líder del Hacedor de Discípulos (LHD)

Muy pocos  alcanzan  este  nivel de madurez  y  visión. Pablo  fue  como  uno  de ellos.  En  nuestros  días  hay

quienes dirigen a  lideres  y  crean  la  visión  para  impactar  al  mundo para  Cristo.

Encontrando un Creyente Digno de Confianza

El mandato  “vayan y  hagan  discípulos”  comienza en encontrar a  aquellos  hombres  que  sean considerados valiosos  para el tiempo  y  esfuerzo  que  toma  el guiar  a  otros.  ¿Quiénes son  esos creyentes  dignos  de confianza?  ¿Cual  es la visión  de Pablo  cuando  le dice a  Timoteo  que  enseñe a  creyentes  dignos de confianza?  Proverbios  hace la  siguiente  pregunta ,  “Son muchos los  que  proclaman  su lealtad,  ¿pero  quién puede  hallar  a  alguien digno  de confianza?”  ( Proverbios 20:6 )

Yo creo  que  Pablo  está  impulsando  a  Timoteo  a  que  encuentre hombres  que  sean como  él  mismo. Timoteo era  un creyente  digno  de confianza para Pablo.  Yo puedo  ver  por  lo menos  tres  elementos  importantes cuando buscamos a  un creyente  digno  de confianza,  o  cuando queremos ser  creyentes dignos  de confianza.

Ese  creyente  digno  de confianza tiene  estas características:

1. Fiel

2. Disponible

3. Fácil de Enseñar

Demos un vistazo a  cada una  de estas características:

I.    El hombre que tu capacitas debe ser FIEL

El debe haber  llegado al  momento de su vida  en el  que  él  desea  que  la  voluntad  de Dios se cumpla en su vida a cualquier costo.  El debe ser  dedicado, motivado y  consagrado. Él debe tener  un corazón  para Dios. Él debe ser  fiel  a  Dios y  estar dispuesto a  serte fiel.  No cualquier hombre querrá  ser  creyente  digno de tu confianza.  Timoteo  dejó  que  hablo  lo guiara. Demas abandonó a  Pablo,  al  amar  este  mundo. Aún el  gran apóstol fue  incapaz  de guiar a  Demas. también  Juan Marcos dejó  a  Pablo  para finalmente  seguir a  Pedro.  Debes  encontrar hombres  que  sigan  tu dirección y  estén  dispuestos  a  someterse  a  tu liderazgo espiritual.  Él debe ser  leal  a  ti. Tú eres  el  instrumento de Dios para enseñarlo.  Tú eres  su Hacedor  de Discípulos.  Él debe serte fiel  a  ti  como  tú lo eres  a  Cristo.

1. ¿Te  seguirá?

Fiel  no significa  que  sea  sólo  fiel  a  Cristo  y  su Reino.  Tú y  tu creyente  digno  de confianza deben  tener  una relación  de líder a  seguidor.  Él debe admirar y  respetar  tu caminar  con  Cristo  de tal  forma  que  él  te  siga  con el  deseo  de aprender  de tí.

2. ¿Estaría dispuesto  a  seguir  conductas  y  conceptos  transferibles?

Un principio  básico  en el  entrenamiento de discípulos cuando tu estas dirigiendo a  otro  es que  debes  tener  un plan. Este plan es tu estrategia  para darle  a  tu creyente  conceptos  transferibles.  ¿Qué  es un  concepto transferible?  Esto es cuando tú le  enseñas  a  otro  como  hacer  una  tarea  y  tú la  llevas  a  cabo de la  misma manera.  Es  decirle cómo,  y  luego  mostrarle cómo  repetidamente  a  través  de  tu  comportamiento disciplinado. Tú como  hacedor de discípulos nunca  debes  pedirle a  un discípulo  que  haga algo  que  tu mismo no estas dispuesto a  hacer.  El debe verte hacerlo.  Tú eres  un líder/siervo  para tu discípulo  así  como  Jesús lo fue  para  sus  discípulos.  Al entrenar  un creyente  digno  de confianza él  comprenderá  y  asimilará  lo que  le  sea enseñado. Él debe desear  ser  como  tú y  hacer lo que  tú haces.

Por  ejemplo:  tú le  enseñas  a  tu creyente  digno  de confianza un método de memorización de las  escrituras.

Él ve que  tu estás memorizando  unos versículos los  cuales  tú utilizas para  llevar  tu vida. Si él  está  dispuesto a aprender  los  versículos que  tu estás aprendiendo eso  significa  que  él  será  “fiel”  a  seguir  tu capacitación.  Sin

embargo, si  él  rechaza  aprender  los  versículos que  tú estás aprendiendo,  se va por  su lado  y  memoriza otros

versículos,  ¡entonces él  tal  vez  sea  fiel  a  Dios pero él  no es fiel  a  ti! Él no puede  ser  tu discípulo.

3. Él debe tener  un apetito por  aprender,  y  debe estar  dispuesto a  aprender de tí.

Él debe tener  amor por  La Palabra de Dios. El profeta Jeremías  dijo ,  “Al  encontrarme  con  tus  palabras, yo las  devoraba;  ellas eran mi gozo y  la alegría de mi corazón”   ( Jeremías 15:16).

Hay  un dicho  que  dice  “puedes  llevar  a  un caballo al  agua, pero no puedes hacerle que  beba.”  Y  yo agregaría, “y tú no puedes hacerlo beber  de tu abrevadero.”  Cuando el  hacedor de discípulos busca  un creyente  digno  de confianza,  debe tener  cuidado  de no sólo  buscar  un hombre leal,  sino  también  buscar  un hombre hambriento! ¡Tu  creyente  debe estar sediento  de la  palabra de Dios! Y  él  debe tener  un fuego  que  queme  su ser  con  el deseo  de aprender  y  crecer.  Él deberá  dejarte alimentarlo  de tu abrevadero.

II.   El hombre que tu entrenes debe estar DISPONIBLE

Él debe tener  un corazón  de siervo.  Él debe ser  un líder-siervo  potencial. Jesús  nunca  midió a  un  hombre por  cuántos sirvientes tenía,  sino  más  bien por  cuántos hombres  él  servía.  Tu creyente  digno  de confianza debe estar dispuesto a  seguirte  y  a  servir  a  Cristo.

Tu creyente  digno  de confianza debe sentir  el  llamado  de Dios a  estar disponible  para ser  guiado  por  tí. Él debe haber  comprometido su tiempo para el  propósito de aprender  conceptos  transferibles  de tí.  Él debe estar disponible  para un tiempo devocional,  para tomar  notas,  para orar  y  para ser  capacitado.  Él debe estar disponible  para memorizar  las  escrituras,  y  deberá permitirte  mantenerlo  siempre  responsable.  Por  una cantidad  específica de tiempo él  debe estar disponible  para  aprender  las  “cosas que  tú has  aprendido  de mí, en la presencia de muchos testigos.”    Él debe entender  que  él  no tiene que  ser  un callejón  sin  salida,  sino  un conducto.  Hay  otro  creyente  digno  de confianza  con  potencial esperándolo  en  otro  lado para que  lo capacite.  Él debe estar disponible.

1. El debe estar  disponible  para aprender.

Él no debe tener  un espíritu  independiente.  Él debe poder  vivir bajo  autoridad.  Él debe estar en un momento de su vida en que  él  haga de su crecimiento como  seguidor  una  prioridad. Él debe estar disponible  a  su mentor. Esto requerirá  sacrificio de ambas  partes.  Se lleva  tiempo  hacer  crecer  a  un discípulo. ¡Por  eso  él  te  debe estar disponible!  Él debe ser  fiel.

2. Él debe ser  capaz  de enseñar  a  otros.

No todas  las  personas  que  el  discípulador capacite  tendrán  gran habilidad para enseñar  a   otros.  Yo sugiero que  el  líder de discípulos dé su tiempo  de mayor  calidad a  la  gente  más  hábil.  Busca  una persona  que  te  siga  y  que  sea  “hábil  para enseñar”  como  Pablo  lo describe.  Al estar entrenando  a hombres  fieles  tal  vez  estés entrenando  a  miles a  través  de ellos.  Siempre  ora  y  pídele  a  Dios que  te mande  a  aquellos  que  en cambio enseñarán “a otros también”   ( 2  Timoteo  2:2).  Tu varón  fiel  puede ser  un seguidor  tuyo,  pero él  también  puede  ser  el  líder de otros.  Dios a  través  de ti  será  la  dirección para  él. Dios en él  y  a  través  de él  puede  multiplicar tu testimonio  muchísimas veces.

III. El hombre que capacites debe ser FÁCIL DE ENSEÑAR

No todos  los  cristianos que  te  encuentres  tendrán  el  mismo espíritu  fácil de enseñarles.  El varón  fiel  debe tener  hambre de aprender  de Dios. ¡También él  debe estar dispuesto a  aprender  de tí!  Por  “fácil  de enseñar” nos  referimos a  que  esté  abierto a  tu liderazgo.  Él debe ser  manso  (obediente)  ante  Dios y  ante  su guía. Él no debe tener  un espíritu de orgullo. Él debe ser  lo suficientemente  humilde  para  aprender  de sus  guías.  Más  que cualquier otra  cosa tu varón  fiel  deberá  estar dispuesto a  dejarte que  TÚ  le  enseñes.  Esto es crucial.  El hacedor de discípulos pronto  se da cuenta  que  él  no puede  guiar a  todos.  Pablo  no pudo guiar a  Juan Marcos sino  hasta los  últimos días  de su vida. ¡Encuentra  a  un hombre  u  hombres  que  respeten  tu comportamiento con  Dios tanto  que  tengan  el  deseo  de tener  lo que  tú tienes,  y  que  se sometan  a  tí  para  lograrlo!

Él debe aprender  fácilmente  tus  métodos  y  conceptos  transferibles.  Él debe entender  que  al estarlo entrenando, tú estas entrenando  a  aquellos  a  quienes él  va a  entrenar  en el  futuro. La estrategia es crítica. Tú lo estás preparando  a  él  para que  él  prepare  a  otros.  Tu varón  fiel  debe estar dispuesto a  ser  parte  del proceso de este  Reino. Mientras  que  el  discípulo  crece  en su deseo  de reproducir  sus  habilidades  y  su vida en otros,  él  debe estar buscando en oración  esos hombres  y  mujeres especiales  que  tengan   estas  cualidades.  Pon  tu  tiempo  de calidad en gente de calidad.

¡Alguien  dijo  una  vez  que  el  varón  fiel  es un hombre de fe!  Tú verás  las  características de un hombre  que  tú puedes llevar  a  un crecimiento hasta llegar  a  la  madurez:

1. fiel

2. disponible

3. iniciador

4. fácil de enseñar

5. corazón  por  Dios

Criando  un Hombre  Maduro

¿Cuáles  son  tus  objetivos al discipular un  hombre  o  una  mujer? ¿En  cuáles  cualidades  de Cristo  debe concentrar  el  criador de discípulos  (CD)?  La meta del  criador de discípulos (CD)  debe ser  la  de lograr  la madurez espiritual en su discípulo. Pablo  habló  de eso  en Efesios 4:13 :  «De  este  modo,  todos  llegaremos  a la unidad de la fe  y  del  conocimiento  del  Hijo de Dios, a  una  humanidad  perfecta  que  se conforme a  la plena  estatura  de Cristo.»  El CD  ha de tener  un plan definitivo para presentar su discípulo  completo en Cristo.  

El CD ayuda a su discípulo en realizar la visión que Dios le ha dado.

También, el  CD  debe apoyarle  en su esfuerzo  de perseguir la  vocación  que  Dios tiene  para su vida. Su visión es la  pasión  en su corazón,  y  es su energía.  El CD  debe nutrir  esa  visión. Aviso:  la  visión  o  vocación  de tu discípulo  quizá no será  lo que  escoges por  él, pero es lo que  Dios tiene planeado  para  la  vida  de ese  hombre o mujer.  Debes  apoyar  lo que  Dios está  haciendo  en su   vida.

 

El CD apoya a su discípulo en su esfuerzo de Caminar en Fe.

El discípulo  debe depender  de Dios para  suplir  sus  necesidades, especialmente  los  que  relacionan  a  la  visión  y vocación. Concéntrate en las  verdades  bíblicas  que  fortalecen  el  camino de fe.  Versículos  como  Hebreos 11:6;  Jeremías 29:11  & Filipenses  4:19.

El CD trata de desarrollar la consistencia en su discípulo.

El discípulo debe ser  entrenado  a  ser  consistente  en su comportamiento porque somos  las  «luces» de Dios en este  mundo. Esto incluye  la  oración,  su «tiempo  tranquilo»  con  Dios, ganando  personas  para Cristo  y siendo  fiel  a  la  convocación de Dios en su vida  ( Mateo 5:16 ).

El CD ayuda al discípulo llegar a ser un Guerrero de Oración.

Nada refuerza  a  la  fe como  la  oración verdadera.  Ayúdale a  llegar  a  andar  no por  vista,  sino  por  fea  ayúdale a  reclamar  las  promesas de Dios a  través  de la  oración.  Debe orar  contigo  mientras  observa  tu fe y  tu dependencia en el  Espíritu  Santo  ( Filipenses  4:6,7;  Proverbios 3:5,6).

El CD reconoce la importancia de la Integridad y Responsabilidad.

Puedes dar  a  tu discípulo algunas  oportunidades de ser  responsable,  puntual y  capaz  de cumplir  con  sus obligaciones.  La integridad  se aprende  con  tiempo,  y  ha de ser  vista como  una  característica  de Cristo ( Proverbios 11:3,  Tito 2:7). 

El CD desarrolla las cualidades Apostólicas que Pablo instiló en sus discípulos.

Desde  las  Escrituras,  busca  con  tu discípulo  las  cualidades  que  Pablo  esperaba  de Timoteo, Tito y  otras personas  que  entrenaba.  Apunta estas cualidades  de carácter  por  su capítulo  y  versículo, memorizando  los que  dan  énfasis a  estas cualidades.  Por  ejemplo:  Pablo  dice  a  Timoteo, «Que  nadie  te  menosprecie por  ser joven.  Al contrario,  que  los  creyentes vean en ti  un ejemplo  a  seguir  en la manera de hablar,  en  la conducta, y  en amor,  fe  y  pureza»  ( 1  Timoteo  4:12 ).

El CD desarrolla las habilidades del liderazgo en su discípulo.

Los  que  guían  son  los  que  dan  el  ejemplo,  y  no temen  miedo  de ser  representantes  de Cristo. Siempre  debes presentar  a  tu discípulo  el  desafío de ser  un líder y  de reproducir  su vida  en otras personas. Llévale a  ganar personas  para Cristo, observa  sus  métodos  de continuación,  y  hazle  responsable por  usar  los  conceptos transferibles  a  quienes adiestra.

El CD anima a su discípulo a ser «luz y sal» en su propia familia.

Los  que  dan  el  ejemplo  lo hacen  primero  en la  casa. Si es casado, tu discípulo  ha de guiar su familia en ser discípulos.  Necesita  tiempo para aplicar a  su familia  las  verdades  que  está  aprendiendo.  La reproducción empieza  en la  casa ( Efesios 5:23-28).

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.